Los celos (celotipia) obedecen a la manifestación de un trastorno obsesivo compulsivo que puede tener un origen depresivo, ansiogénico o de personalidad paranoide, y están más relacionados con la agresión, aseguró Óscar Galicia Castillo, psicólogo de la Universidad Iberoamericana.
“De ahí que no están relacionados con la inseguridad de quien los padece, como suele creerse”, expuso el especialista en neurociencias de la conducta agresiva y afectiva.
Innumerables casos se registran a lo largo del país a causa de la celopatía. Como el de Mario, en Oaxaca, que dio muestra de que el alcohol, combinado con los celos, tras descubrir un mensaje “comprometedor” en el Facebook de su esposa, fueron los detonantes para que el sujeto decidiera suicidarse.
Así como ese caso, la violencia cada vez permea más en las relaciones sentimentales por las dudas de una infidelidad.
Si bien los celos son un mecanismo natural, el psicólogo advirtió que la complejidad de la sociedad moderna y su cercanía con el proceso de acumulación ha reforzado también la idea de los derechos de pertenencia, incluso sobre la pareja.
“No necesariamente proteges lo que amas, sino lo que te pertenece”, subrayó el doctor Galicia.
Los afectados por la celotipia presentan una exacerbada inseguridad de ser abandonados y necesidad de controlar a la pareja, así como también extrema dependencia afectiva, falta de autoestima, personalidad débil, intolerancia a la soledad, angustia, depresión, irritabilidad y carencia en el control de impulsos y temperamento.
Los celos son una de las emociones básicas que se han complejizado desde que “nuestro cerebro creció”.
“Así como los animales, que protegen sus elementos, el ser humano está ‘cableado’ para defender su territorio, su pareja, sus crías. Nos pasa igual, sólo que la capacidad para interpretar las amenazas a nuestro patrimonio biológico es mucho mayor”, afirmó.
En el caso de los celos patológicos, abundó, la persona pasa su tiempo pensando en las amenazas, hurga e investiga, aunque la mayoría de las veces eso sólo pasa en la mente del sujeto.
El papel de los celos se ha considerado a través de la historia y la cultura como un tabú que es alimentado por la negación y censura de su existencia.
Según el Consejo Nacional de Población (Conapo) los celos patológicos o celotipia son un problema que se da en ambos sexos, con una representativa de 41 por ciento en hombres y 42.5 en mujeres.
Origen de los celos
Tienen su origen natural en todo ser humano durante los primeros años de su vida, en la infancia. Aquí los padres deberán manejar la tolerancia de los infantes.
Esto se observa en el complejo de Edipo y en el complejo fraterno; en el primero se da una rivalidad del niño con el padre por la obtención del amor, la gratificación, la atención y cuidados de la madre; en el segundo, la rivalidad y celos ya no serán dirigidos al padre, sino al nuevo hermano que le ha quitado el lugar privilegiado de hijo único. Por tal motivo la orientación que los padres brinden a sus hijos al respecto determinará considerablemente el manejo de los celos en el individuo y su vida adulta.
Celos pareja, emociones destructivas
Según expertos, en ocasiones, están más cerca de la agresión que del amor
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