Los incidentes en las instalaciones de Petróleos Mexicanos (Pemex) son un foco rojo, que cuestiona la seguridad de sus operaciones y la calidad de su infraestructura, resultado de una “economía de inversiones”, que aumenta el riesgo de su plantilla, afirman expertos.
“Estos problemas son por el deterioro, obsolescencia y falta de inversión, por una economía mal entendida que sacrifica tareas fundamentales como el mantenimiento y sustitución de equipos ya muy antiguos”, refiere Fabio Barbosa, catedrático del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM.
Según el último informe de siniestralidad de la petrolera, 2014 fue un año histórico en cuanto a la frecuencia de accidentes, que se redujo 33 por ciento, es decir ocurrieron 0.38 incidentes por millón de horashombre trabajadas, mientras que la gravedad disminuyó en 22 puntos respecto al año previo.
Tan sólo en 2015 perecieron 11 trabajadores en la Sonda de Campeche, y se registraron percances en Veracruz y Tabasco.
Por su parte, el Complejo petroquímico Pajaritos es uno de los más vulnerables en la materia, en los últimos 12 meses ha registrado dos eventos fatales, en este último. La explosión en la planta de Clorados III es hasta ahora la de mayor magnitud con 13 decesos, superando las seis víctimas que perecieron en 1991 en el mismo lugar, por una fuga de gas de un ducto que derivó en incendio, refirió el especialista de la UNAM.