Con motivo de la conmemoración del 35 aniversario del Centro Cultural Mexiquense, en Toluca, la Biblioteca Pública Central Estatal (BPCE) se sumó a esta iniciativa con diversas actividades presenciales.
En su auditorio, se congregaron compañeros bibliotecarios, directores de bibliotecas y público para escuchar la conferencia “La historia de las bibliotecas en el Estado de México”.
Cecilia Montiel Ontiveros, doctora en estudios de América Latina contemporánea y profesora de tiempo completo en la Facultad de Humanidades de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), e investigadora en Historia de la cultura en México de los siglos XVIII y XIX, fue la encargada de compartir datos acerca de la conformación de los templos del saber en la entidad.
Comentó que esta investigación llega hasta el siglo XIX y queda pendiente la del siglo XX, para lo que pidió al personal de la BPCE, quienes han preservado el patrimonio bibliográfico, su apoyo para la realización de este trabajo.
Montiel Ontiveros, recomendó la lectura del libro de Irene Vallejo, “El infinito en un junco. La invención de los libros en el mundo antiguo” (2019), ya que pone el dedo en la necesidad de preservar lo que pensaron, sintieron, contaron y administraron los que ya no están y, gracias a los libros y bibliotecas, podemos conocer y disfrutar.
En esta conferencia, Cecilia Montiel abordó los antecedentes novohispanos de las bibliotecas en el Estado de México, la primera biblioteca pública del Estado de México, la biblioteca pública anexa al Instituto literario en Toluca y la Biblioteca Pública Central Estatal desde su refundación, cuando se separó del ICLA.
“El patrimonio bibliográfico es patrimonio cultural, ya que es el conjunto de libros manuscritos, impresos o digitales que, producidos en el marco de una actividad humana, tienen características relevantes y son símbolos de la memoria colectiva de un país, región o sociedad”, dijo.
También hizo un recorrido histórico por las bibliotecas conventuales con sus libros con marcas de propiedad, como el acervo de la que alberga el Museo Virreinal de Zinacantepec.
Refirió que, en el año 1829, la primera biblioteca pública estatal estuvo ubicada en Tlalpan, funcionaba con una plaza de bibliotecario y con un acervo integrado por libros clásicos, de ciencias, de ciencias naturales y de conocimientos prácticos, así como de literatura francesa.
Para 1830, la biblioteca pasó a Toluca y funcionaba todos los días de 9 a 13 horas y de 16 a 18 horas.
En 1872 se preparaba la Biblioteca Pública Central Estatal, siendo en el año 1892 cuando se inauguró el primer edificio con tres fondos de acervo de origen.