Figura emblemática para la cultura en el Estado de México es la del escritor, poeta y maestro Heriberto Enríquez Rodríguez, por lo que la Secretaría de Cultura y Turismo lo recuerda en el marco de su natalicio, con el objetivo de difundir a quienes han dejado un legado que da identidad, como lo es el himno que nos distingue como mexiquenses.
Nacido en Toluca, el maestro y poeta, como lo califica Enrique Carniado, uno de sus discípulos, Heriberto Enríquez se autodefine en el libro Colección de versos, en el que incluye composiciones de 1902 a 1937, inconsultos desaciertos de adolescencia, desatinadas inquietudes de juventud y casi improvisaciones ocasionales de la edad madura.
Sus padres, Valente Enríquez y Mercedes Rodríguez, quien fuera su profesora de primeras letras, le procuraron educación y desarrollo profesional, por ello en 1902 ingresó al Instituto Científico y Literario de Toluca, lugar donde cursó las carreras de Tenedor de libros, antecedente de Contaduría pública y Pedagogía.
A pesar de haber vivido la época modernista y las vanguardias de principios del siglo XX, fue un poeta romántico, clásico, que se apegó a las formas convencionales de hacer versos y prefirió las bellas metáforas.
Fue a principios de la década de 1940 que Heriberto Enríquez escribió la letra del Himno al Estado de México, una joya poética, con la que resolvió de manera parcial la ambigüedad identitaria con la que, hasta ese momento, habían vivido los habitantes de la entidad.
La composición de la música fue encargada al hidalguense Manuel Esquivel Durán, y este himno consta de tres estrofas y un coro que enaltece las letras, pero cada metáfora es apropiada por la gente de la entidad, ya que habla del orgullo cuando dice: “porción es de la prístina cuna de la gran libertad nacional”, en el que refiere a que el Estado de México ya existía desde la época de la Independencia.
Éste se canta en eventos oficiales, como sesiones en el Congreso mexiquense o inauguraciones de obras, eventos deportivos y todavía algunas escuelas de educación básica en el Estado de México lo suelen cantar los días de ceremonia.
Entre sus obras más importantes están la Colección de versos, Reseña histórica del periodismo y la imprenta en el Estado de México, los Sonetos de primavera e invierno y la Trilogía de mayo, que son un tesoro literario para la entidad.