El Estado de México se caracteriza por tener una gran expresión de arte popular donde plasma la identidad comunitaria que pasa de generación en generación, sus artesanías son hechas por procesos manuales, es aquí donde se crea como producto duradero o transitorio, cuya función original está determinada en el nivel social y cultural.
Sus usos se destinan dependiendo de las necesidades que cubre, tales como el doméstico, religioso, o comercial, ornamental, recreativo o bien como implemento de trabajo.
Existen en la entidad 13 ramas artesanales y 46 subramas, todas reflejo de un sinnúmero de tradiciones culturales que son portadoras del saber hacer y la cotidianidad de los 125 municipios.
El Instituto de Investigación y Fomento de las Artesanías del Estado de México (IIFAEM) considera como ramas artesanales Alfarería y cerámica, Textiles, Madera, Cerería, Metalistería, Orfebrería y joyería, Fibras vegetales, Cartonería y papel, Talabartería, Lapidaria y cantera, Hueso y cuerno, Vidrio y Gastronomía artesanal.
Los cambios en los productos artesanales pasan de ser meramente utilitarios a formar parte de la cosmovisión de quienes emplean su tiempo y esfuerzo en realizarlos, las artesanías llegan a ser objetos perfeccionados y bellos por sí mismos.
Los conocimientos han permanecido en el núcleo de las familias artesanas con el paso de los años y de una generación a otra, adaptándose a las tendencias políticas, económicas y sociales mediante estrategias que les permiten continuar con su admirable labor, pues en ella conservan una parte importante de sus ingresos económicos y sobre todo del patrimonio cultural mexicano y parte de la identidad mexiquense.