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Dueto de sonidos entre cuerpo y oído

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*Thomas Ankersmit compartió una experiencia auditiva basado en el trabajo de Maryanne Amacher Por Cristóbal Torres México, 23 de enero (Notimex).— Thomas Ankersmit se presentó con su proyecto sonoro Perceptual Geography en el Ex Teresa Arte Actual, como parte del ciclo Sonido en acción, en colaboración con elnicho y el Instituto Goethe, después de dos […]


*Thomas Ankersmit compartió una experiencia auditiva basado en el trabajo de Maryanne Amacher

Por Cristóbal Torres

México, 23 de enero (Notimex).— Thomas Ankersmit se presentó con su proyecto sonoro Perceptual Geography en el Ex Teresa Arte Actual, como parte del ciclo Sonido en acción, en colaboración con elnicho y el Instituto Goethe, después de dos años de preparación.

      Previo a la presentación, Eric Namour, fundador y director de elnicho, presentó a Ankersmit, quien habló sobre la artista sonora, Maryanne Amacher, en quien se basó para hacer la presentación, “era una figura única que le gustaba experimentar de manera solitaria”, explicó, recordando que dio con su trabajo en la década del 90, “cuando nadie la conocía”.

      Resaltó que fue la primera artista en descubrir que era posible hacer música y al mismo tiempo tener al oído y al cerebro de los escuchas creando sus propios sonidos de manera activa, “como un dueto o una mezcla de roles; algunos sonidos los genera el artista y otros los genera el mismo escucha”.

      Subrayó que la “geografía perceptual” fue uno de los conceptos más importantes de Amacher, pues “siempre habló de escuchar sonidos muy alejados o muy cercanos, incluso dentro de la cabeza o vibrando desde el cuerpo”. Aunque muchos músicos en la década de los sesenta expandieron la idea de música, Maryanne Amacher “se interesó en no sólo componer nuevos sonidos sino en componer nuevas experiencias a partir del escucha”.

      En una capilla completamente en penumbras y rodeado de cuatro amplificadores, Thomas utilizó un sintetizador análogo con el que los asistentes, que superaban fácilmente la centena, percibieron sonidos que rasguñaban la estridencia; algunos se acostaron en el suelo, otros movían la cabeza experimentando su propia acústica y otros simplemente se taparon los oídos.

      “Algunos han llegado a desvanecerse”, explicó Ankersmit, quien aseguró que a pesar de lo ensordecedor que puede resultar la experiencia auditiva, es completamente inofensivo al oído”. La presentación duró aproximadamente 40 minutos, en los que Thomas usó música propia que en ocasiones lo llevaba a dejar la silla, todo mientras era iluminado por la única fuente de luz en toda la capilla generando un ambiente por de más engimático.

 

NTX/CTM/MBS