Los orígenes de la música en Mesoamérica no son claros, sin embargo, se realizaron instrumentos musicales a partir de diversos materiales destacando la alfarería, madera, hueso y cuerno y la talabartería para el recubrimiento de los mismos.
Actualmente, en el Estado de México, artesanas y artesanos de Malinalco, Texcoco y Teotihuacán elaboran y fomentan con técnicas ancestrales, instrumentos prehispánicos.
Uno de los primeros fueron las flautas elaboradas a partir de hueso y cuerno, los sonidos que predominaban eran aquellos que evocaban la lluvia, anunciaban la guerra o imitaban sonidos de animales.
Se conoce que algunos de ellos tenían un origen mitológico y hasta un altar por la carga religioso-cultural que producían.
En la entidad, los pueblos autóctonos con mayor nivel cultural fueron propietarios de una de las altas culturas musicales de la antigüedad, destacaron aquellos municipios ubicados cerca de las zonas arqueológicas como Toluca, Malinalco, La Paz, Tenango del Valle, Chimalhuacán, Ixtapaluca, Ocoyoacac, Tejupilco, Texcoco, Tlalnepantla, Naucalpan, Acambay y Teotihuacán.
Cabe señalar que la música precortesiana es aquella que se desarrolló en México hasta la llegada de los españoles; sin embargo, dependía de la transmisión oral y tristemente nada de ella ha sobrevivido. Los únicos medios que refieren a su existencia son códices, pinturas rupestres encontradas en excavaciones, así como testimonios de los primeros cronistas.
En este sentido, los instrumentos musicales precortesianos de manera general se agrupan en los de percusión como el huéhuetl parecido a un tambor, tlapanhuéhuetl, teponaztli, similar a un xilófono, ayacachtli o sonaja, entre otros.
De aliento están el huilacapiztli (flauta), silbatos, ocarinas y trompetas de arcilla y atecocolli.
La música prehispánica se tocaba en diferentes momentos, pero era clasificada en tres tipos de géneros como la ceremonial destinada a rituales, presentada en ceremonias religiosas o en acontecimientos como bodas, funerales o sacrificios rituales.
La de guerra que estaba enfocada a danzas y cánticos que sonaban antes de que comenzara una batalla o al finalizar la misma y la profana que usualmente se escuchaba en bailes o eventos festivos.
En el territorio mexiquense se elaboran instrumentos prehispánicos bajo las técnicas de la talla de madera y la alfarería que, sin duda, albergan un origen mitológico, por ello, estos instrumentos poseen gran carga cultural, sin olvidar que para su ejecución se necesita de uno a ocho meses, y son consideradas artesanías de origen ceremonial.
Las técnicas y conocimientos tradicionales en la elaboración de los instrumentos prehispánicos siguen vigentes gracias a la transmisión oral de los pueblos autóctonos, en virtud de que esta práctica artesanal continúa siendo parte de nuestro patrimonio mexiquense.
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