El Banco de México (Banxico) elevó su tasa de referencia a un día en un cuarto de punto, luego de que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) diera a conocer las cifras de inflación a la primera quincena de junio, la cual se ubicó en 6.30 por ciento, su nivel más alto en más de ocho años.
Así, la Tasa de Interés Interbancaria (TII) a un día se ubicó en 7 por ciento, la mayor desde 2009 y su décima alza al hilo en más de un año y medio.
De acuerdo con la estrategia de la política monetaria, una mayor tasa de interés busca reducir el consumo, lo que permite mantener el control en los precios al consumidor y motivar el ahorro.
De hecho, con la elevación en las tasas de interés se incrementa el costo del dinero, lo que aumenta los intereses de los nuevos préstamos de los bancos, hipotecas o automotrices, entre otros, tanto en tasa variable como en fija.
Además, el alza modera o reduce el circulante monetario, es decir, la cantidad de dinero disponible en la economía, y de esta forma se puede controlar una tendencia a la alza de la inflación.
En cuanto al mercado cambiario, una mayor tasa de interés permite que entren más flujos al país, situación que responde porque los rendimientos son más atractivos para los inversionistas, lo que favorece al peso, porque baja la demanda de dólares.
Respecto a la colocación de deuda mexicana en los mercados externos, tener una tasa de interés alta genera un rendimiento más alto, lo que permite contener la aversión al riesgo país.
Al dar a conocer su anuncio de política monetaria, la Junta de Gobierno del Banxico consideró que al tomar en cuenta todos los factores, el nivel alcanzado en la tasa de referencia es congruente con el proceso de convergencia eficiente de la inflación al objetivo de 3.00 por ciento.
No obstante, Banxico precisó que ante los riesgos que siguen presentes estará vigilante para asegurar que se mantenga una postura monetaria prudente.