El informe Índice de Paz México 2018 indica que en seis años creció 32 por ciento la industria de la seguridad privada, ya que el Estado no cumple con sus obligaciones constitucionales de brindar protección y confianza a los ciudadanos.
Al respecto, el doctor Mauricio Meschoulam, del Centro de Investigación para la Paz en México, explicó que, “el factor miedo no es sólo un tema relativo al bienestar psicológico o emocional de las personas, al sentimiento de paz en una sociedad. El miedo y el estrés asociado a esta emoción se vinculan también con otras cuestiones como las posibilidades del desarrollo democrático o incluyente en un entorno”.
Las empresas de seguridad vienen a llenar un vacío y una demanda de protección y bienestar, la misma que no ha podido subsanar el Estado con la efectividad que se necesita, no sólo con políticas de desarrollo social y prevención del delito, sino con un aparato efectivo de impartición y procuración de justicia.
“Se requiere a las empresas de seguridad registrarse ante la Secretaría de Gobernación (Segob), aunque muchas han encontrado obstáculos debido a las regulaciones complicadas, el alto costo del registro y una largo proceso burocrático”, dice el informe.
Pese a estos obstáculos, con la intención de regular su crecimiento ante la fuerte demanda –sobre todo de la iniciativa privada–, este tipo de empresas ha mantenido un crecimiento constante; y de acuerdo con el Consejo de Seguridad, el año pasado se mantuvo está constante de crecimiento, alcanzando 35 por ciento, que aún se mantiene.
Los factores determinantes –a los cuales hace referencia el Índice de Paz— son el miedo y la desconfianza de los ciudadanos en sus autoridades, motivo principal de que haya una creciente demanda de estos servicios para el resguardo personal o patrimonial de empresas, industrias y particulares.
“La capacidad institucional de México mejoraría si se continúa la formación y la profesionalización de las fuerzas policiales. Según los datos gubernamentales recientes, en el país, 62 por ciento de los elementos de seguridad pública recibieron capacitación”, aunque no haya cifras actualizadas que refieran la efectividad de ese adiestramiento.
En el informe se detalla que el Estado echó mano del Ejército para subsanar los vacíos de poder que quedaron en algunas poblaciones, aunque ésta no resultó la respuesta más efectiva, pues se generó otro tipo de problemas.
“Las fuerzas militares están entrenadas para participar en conflictos armados, no para ejercer funciones policiales, por lo que es cada vez más necesario reemplazarlas con corporaciones que tengan una formación adecuada”, resaltó el informe.
Las empresas de seguridad ofrecen modalidades como guardias intramuros, custodia de bienes y personas en transporte, investigación, capacitación especializada; productos relacionados con la seguridad como videovigilancia, sistemas de geolocalización, tecnologías de control de acceso y seguridad perimetral, así como equipamiento personal y empresarial de protección y seguridad.
Asimismo, la revista especializada en la materia Más Seguridad detalla que el año pasado se registró un incremento de 35 por ciento con respecto a 2016 en el crecimiento de empresas de protección privada; donde 70 por ciento de la compra y renta de unidades blindadas la concentra el sector privado, y 30 por ciento el Estado.