El Sistema Nacional de Protección Civil de la Secretaría de Gobernación ha expresado la posibilidad de que vuelva a ocurrir un terremoto de grandes magnitudes, proveniente de la llamada Brecha de Guerrero, ubicada en las costas de Guerrero, que corre desde Acapulco a Zihuatanejo.
El organismo enfatizó que la posibilidad es creciente luego de que no se han presentado sismos significativos en esta zona en poco más de 100 años.
Aunque Guerrero es una de las entidades con mayor actividad sísmica, la energía se ha acumulado en ese sitio, lo que hace pensar a los especialistas que se podría desencadenar un temblor de gran escala con afectaciones importantes para Acapulco, Coyuca, Chilpancingo, parte de la Tierra Caliente y la Ciudad de México.
De acuerdo con información del Servicio Sismológico Nacional (SSN), los sismos son un fenómeno común que ha acompañado a la Tierra desde su origen; sin embargo, en las zonas donde no ha ocurrido algún temblor se acumula energía a medida que pasa el tiempo.
Guerrero es un estado que registra alrededor de 25 por ciento de la sismicidad que tiene el país debido a la entrada de la Placa de Cocos por debajo de la Placa Norteamericana.
El punto de encuentro entre ellas ocurre frente a las costas del Pacífico, desde Jalisco, hasta Chiapas.
Los sismos son recurrentes, una vez que se ha acumulado energía de nuevo en la frontera de las placas, ésta tendrá que liberarse con un movimiento telúrico.
Algunos temblores ocurridos en esa entidad federativa son el Sismo del Ángel del 28 de julio de 1957 con magnitud 7.5, y el Sismo de Petatlán del 14 de marzo de 1979 con magnitud de 7.6 grados Richter, ambos generaron daños importantes en regiones cercanas al epicentro y en la Ciudad de México.
En la región de la Brecha de Guerrero, entre 1899 y 1911, ocurrieron cuatro sismos cuyas magnitudes oscilaron entre 7.5 y 7.8; desde entonces han pasado 106 años del último sismo en este lugar, por lo que se considera un sitio con alta probabilidad para que se presente uno con magnitudes similares.
Estudios en el campo de sismología realizados por investigadores, tanto nacionales como extranjeros, han determinado que la Brecha de Guerrero es la región en donde se esperaría que ocurriera un sismo de magnitud mayor a 7.5.
Aunque el conocimiento actual permite mapear las zonas de ruptura de sismos relevantes, las autoridades recomiendan a la población realizar simulacros constantes y alistar una mochila de emergencia para estar lo más preparados posible ante una contingencia de esa naturaleza, que además es imposible predecir.
En ese sentido, difunden de manera frecuente la importancia de preparar y ensayar un plan de protección civil con la familia, en el que se debe identificar los riesgos y zonas de seguridad dentro y fuera de sus viviendas y centros de trabajo.
Además, es necesario elaborar un croquis con las rutas de evacuación, preparar una mochila de emergencia con documentos importantes, directorio, herramientas, un radio y linterna con pilas, así como víveres.
Cabe señalar que uno de los movimientos más mortíferos de los últimos tiempos en el centro del país fue el de 1985, pero su epicentro se localizó en la desembocadura del río Balsas en la costa de Michoacán.
El sismo afectó a las zonas centro, sur y occidente de México, en particular a la Ciudad de México.
Atentos en la región
Por la ubicación de los 15 puertos, como Acapulco, el titular de Protección Civil de Guerrero, Marcos César Mayares Salvador, no descartó la posibilidad de que pudiera registrarse un Tsunami.
Tras darse a conocer que se esperaría un fuerte terremoto en la zona conocida como Brecha de Guerrero, el funcionario anunció que no saben qué día, ni de qué intensidad pudiera ocurrir, pues existe la acumulación de energía.
En entrevista para CAPITALMEDIA con Mario León y René Palacios, Mayares Salvador aseguró que mantienen contacto con autoridades de investigación, tanto de la UNAM, del área de Geofísica, el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), Protección Civil Nacional y la Universidad de Kioto de Japón.
Guerrero ocupa el segundo lugar en el país en temblores, por debajo de Oaxaca. Tan solo en éste 2017, se han detectado 641 sismos, algunos perceptibles y otros no, de ahí la necesidad de mantener una constante capacitación e impartirla a los ciudadanos, “Para poder actuar antes, durante y después del desastre con emergencias médicas”, dijo.
Brecha de Guerrero, acumula energía
Protección Civil advierte de la posibilidad de que se origine un sismo de gran magnitud en esta región
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