Por Eduardo Velasco

La historia de los derechos humanos, va más allá de la Revolución Francesa, indica el etnohistoriador por la Escuela Nacional de Antropología e Historia, José Omar Tinajero Morales, quien señala que Jesucristo sentó las bases de una generación cero, que puso sobre la mesa reflexiones en torno a la dignidad de las personas.
El portal de Naciones Unidas señala que la Declaración Universal de los Derechos Humanos es un documento que marca un hito en la historia del tema y fue elaborada por representantes de todas las regiones del mundo con diferentes antecedentes jurídicos y culturales.
Dicha Declaración fue proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en París, el 10 de diciembre de 1948 en su Resolución 217 A (III), como un ideal común, para todos los pueblos y naciones; y establece por primera vez, los derechos humanos fundamentales que deben protegerse en el mundo entero y ha sido traducida a más de 500 idiomas.
Tinajero Morales refiere que desde un enfoque historicista se plantea que han existido varias generaciones que ampliaron los derechos humanos, cuya generación uno fue con la Revolución Francesa, pero existe la generación cero, que empieza desde Cristo hasta antes de 1789, que son los antecedentes de los derechos humanos, que se conocían como derechos naturales.
En el siglo XVI, que también entra en la generación cero, relata el especialista, se hizo un debate en torno a los derechos de los indígenas, que es de gran relevancia, ya que se desarrolló en el territorio que hoy es parte del Estado de México, en su región oriente, por parte de Fray Domingo de Betanzo y Fray Bartolomé de las Casas.
Ambos personajes, refiere el etnohistoriador ,fueron defensores de los derechos de los indígenas, quienes estuvieron en Tepetlaxtoc, Estado de México, y después de una serie de debates, Betanzos logró una bula papal, en la que logra que los indígenas sean considerados con el mismo nivel de racionalidad, que  a los españoles.
A la llegada de Cristóbal Colón al continente americano, se da cuenta de una serie de culturas que se desarrollaron al margen de otros continentes y se aprovechan de los indígenas; en ese contexto Betanzos y Fray Bartolomé se vuelven en íconos de la defensa de los derechos de los indígenas.
Santo Tomás de Aquino hablaba de una ley natural, que estaba vinculada a los seres humanos, de donde salieron los derechos naturales, como el derecho a la vida, a la dignidad de la persona, así como el derecho a trabajar por el bien común o el bien de la sociedad.
Relata que esas ideas de Santo Tomás, en la Edad Media, las retoman los religiosos dominicos (Betanzos y Fray Bartolomé), en el siglo XVI, y fueron el sustento filosófico y teológico para defender a los indígenas.
Esos pensamientos, los retomó Fray Servando Teresa de Mier, también fraile dominico y sacerdote liberal, para lograr la independencia de México
En el caso de los derechos humanos de las mujeres, Tinajero Morales explica que por mucho tiempo fueron relegadas y fue hasta principios del siglo XX, con los movimientos feministas, que se revaloraron, siendo que México se considera como uno de los países que más tardíamente aprobó el voto de la mujer.
Al paso de los años, dice, los derechos humanos se recopilaron, ampliaron y tomaron, de manera formal, el término y concepto a partir de la Revolución Francesa.