Con una o dos tortillas de maíz y, en su interior mole, chicharrón, carnitas, suadero, barbacoa, carne al pastor o, simplemente, una pizca de sal, el taco es el platillo emblemático de la gastronomía mexicana que se ha vuelto popular en muchos países.
Cuando un mexicano tiene poco tiempo recurre a comprar o preparar este alimento que, además de ser práctico, es nutritivo y sacia el hambre de niños y adultos a cualquier hora del día.
Para el taco no hay clases sociales, se consume tanto en colonias populares como en las zonas más prestigiadas de las ciudades. Se pueden encontrar en calles, restaurantes, cocinas, tianguis o bien prepararlos en casa.
Además de la infinita variedad de ingredientes que lleva en su interior, complementan al taco una salsa roja o verde hecha en molcajete, así como cilantro, nopales, queso, cebolla o unas rajas de chile habanero.
En México existe una diversidad de tacos que ya se degustan en otras naciones; sin embargo, al viajar por la República es posible conocer distintas formas de prepararlos, dependiendo de la región, las técnicas y las recetas propias de cada lugar.
Sin importar del tipo que sean, la protagonista principal es la tortilla con algún ingrediente dentro, como se hacía en la época prehispánica, cuando las mujeres mandaban comida para que los hombres, que trabajaban largas horas en el campo, pudieran calentarla y consumirla en medio de la jornada.
También llenan el estómago de cualquier persona los famosos tacos de guisado, que pueden ser de chicharrón en salsa verde, mole con pollo, papas con bistec, tinga, huevo cocido, rajas con crema, entre muchos más que van acompañados con arroz y frijoles.
Las formas de preparar un taco no tienen límites. Sin importar cómo se haga, este platillo es mexicano y ha traspasado fronteras, siendo un ícono de la gastronomía nacional.
El místico sabor del taco
Símbolo de la identidad del pueblo mexicano, este alimento se disfruta a cualquier hora del día
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