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El peligro de automedicarse

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El uso de antibióticos sin necesitarlo provoca resistencia bacteriana, una epidemia silenciosa


Cerca de 90 por ciento de las infecciones respiratorias son de tipo viral y no bacteriano; es decir, no requiere del uso de antibióticos y suelen incluso ser autolimitadas; es decir, aliviarse por sí solo, como en el caso de los resfriados.
La doctora del IMSS, Carolina Hernández Ochoa, afirmó que la costumbre de usar antibióticos es incorrecta, además la automedicación suele ser muy nociva cuando se presenta una infección de vías respiratorias.
La especialista del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) aseguró que cuando una persona consume antibiótico sin necesitarlo, lejos de resolver el problema crea uno mayor: la resistencia a medicamentos.
“Hay muchos virus que afectan al sistema respiratorio. Los síntomas pueden ser fiebre mayor a 38 grados o hasta 40, tos seca o con flemas, flujo nasal, dolor de cabeza y dificultad respiratoria. Lo más común es que se trate de Haemophilus influenzae, es decir un resfriado común o influenza, por lo que no se requiere de antibióticos”, estableció la especialista del Seguro Social.
Pero el problema de las bacterias resistentes va más allá, pues a nivel mundial hay miles de hospitalizados y fallecidos a causa de complicaciones por enfermedades respiratorias, sobre todo en Estados Unidos.
Esta temporada de frío mantiene en alerta a expertos de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC), autoridad mundial en la materia, ante la poca efectividad de los antibióticos utilizados para combatir las cepas responsables de las enfermedades respiratorias.
Este fenómeno confirma la preocupación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el sentido de que los patógenos resistentes a los antibióticos, conocidos también como superbacterias, son una de las mayores amenazas para la salud mundial.
Tan global es la alerta, que investigadores del Instituto de Fisiología Celular (IFC) y la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), coinciden en que tal resistencia podría significar el regreso de enfermedades que ya se creían superadas, como neumonía, cólera, tifoidea, tuberculosis, gonorrea, salmonelosis, entre otras, así como el aumento exponencial de agentes patógenos antes controlados.
Paula Licona, investigadora del IFC, aclara que los brotes causados por agentes resistentes están confinados a hospitales; es decir, son enfermedades nosocomiales.
No obstante, respalda el pronóstico de la OMS, en el sentido de que estiman que para el año 2050 pudiera haber brotes de infecciones que podrían causar la muerte de por lo menos 10 millones de personas, por arriba de las que causarían cáncer, diabetes o cualquier otra enfermedad.
“La resistencia a los antibióticos puede afectar a cualquier persona, sea cual sea su edad y el país en el que viva, y aunque es un fenómeno natural, el uso indebido de fármacos en el ser humano, incluso en animales, está acelerando el proceso”, comentó la especialista.
Amenaza global
Tratar las infecciones virales con antibióticos; automedicarse o recetar a otros sin ser personal de salud; terminar un tratamiento con antibióticos antes de lo que indica la prescripción; tomar este tipo de fármacos de forma preventiva; guardar sobrantes de un tratamiento para usarlos en una nueva infección, o vender o comprar éstos sin receta médica.
Son algunas prácticas, aseguran los expertos de la UNAM, las que han propiciado la aparición de las llamadas superbacterias.
Además de los daños a la salud de los seres humanos, la resistencia de las superbacterias provoca que se incrementen los costos médicos, que se prolonguen las estancias hospitalarias y aumente la mortalidad.
Apenas en septiembre pasado la OMS reveló una “grave falta” de nuevos antibióticos en fase de desarrollo para combatir la creciente amenaza de la resistencia a los antimicrobianos.
En su informe Agentes Antibacteriales, el organismo internacional de la salud advirtió que la mayoría de los fármacos que se están desarrollando son soluciones a corto plazo, por lo que hay muy pocas opciones terapéuticas posibles para combatir las infecciones resistentes a los antibióticos, entre ellas un tipo de tuberculosis, que causa alrededor de 250 mil fallecimientos cada año.