Los tacos no engordan, un par de tacos pueden ser parte de una comida saludable, la tortilla tiene fibra, el taco no es un platillo.
Ahora que tengo su atención, les diré que aquello de que comer tacos es “un placer culposo” es, en realidad, un mito, porque resulta que los tacos no tienen la culpa de problemas como la obesidad en México, sino que el inconveniente real radica en el estilo de vida de quienes los comen.
Pero vamos por partes. Consultamos a tres expertos para que nos hablaran sobre los mitos y realidades de los tacos: Jennifer Fernández, chef ejecutiva del restaurante Xanat del hotel JW Marriott Ciudad de México; Carlos Mendoza, director de Operaciones de la cadena de taquerías El Fogoncito; y Nicolás Mier y Teherán, nutriólogo del Centro de Nutrición y Obesidad del Centro Médico ABC.
Todos son tacos
Primero que nada, el taco no es un platillo en sí mismo, es una forma de comer un guisado, tal y como se hace en muchas culturas con el propósito de contener algún alimento antes de llevárselo a la boca. Así, si en vez de tortilla se usa, por ejemplo, una hoja de lechuga a fin de “envolver” algún alimento, se tratará también de un taco, explica la chef Fernández.
Los mexicanos somos “tacólicos”, es decir, tenemos arraigada la cultura del taco desde tiempos prehispánicos.
De hecho, hay registros de taquizas en documentos como la Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, de Bernal Díaz del Castillo, donde narra un banquete de tacos que fue ofrecido a la plana mayor del conquistador Hernán Cortés en Coyoacán.
Vigila tus hábitos
Mier y Teherán reitera que el momento y la cantidad ideales para comer tacos dependerán de cada persona, ya que primero hay que observar variables como qué cantidad de alimento ha consumido durante el día, si hizo ejercicio o si los ha consumido varias veces durante el día.
Así, si la mayoría de la vida de una persona transcurre en el coche, los elevadores y sentado frente a una computadora durante 10 horas al día, lo mejor es limitar el número de tacos. Pero si alguien hace ejercicio constantemente, balancea sus alimentos y, por ejemplo, camina unos 30 minutos con el propósito de llegar a la taquería, puede comerse un par de tacos de carne sin mucha culpa.
Para acompañar los tacos, el nutriólogo recomienda el agua natural, mientras que Mendoza sugiere que las aguas de sabor también son una buena opción; por cierto, revela que las que más vende en la cadena de taquerías que dirige son las de horchata y jamaica, y muy por detrás, siguen las de tamarindo.
Muchas personas acompañan sus tacos con refresco, esto es lo menos recomendable; y aunque acompañarlos con cerveza es también una tradición, es un “maridaje” que también puede ahorrarse con la finalidad de que los tacos resulten más saludables.
Mendoza menciona que, recientemente, hay personas que empiezan a pedir sus tacos con vino, lo cual no suena tan descabellado, porque es prácticamente lo mismo que pedir una botella de esa bebida al comer carne en un restaurante de comida argentina o francesa.
Pero taquitos con agua simple, no son mala opción; aunque el sabor, al principio, parecerá incompleto.