Tal vez seas de aquellos que no adquieren un seguro para casa habitación porque estás totalmente convencido de que jamás sufrirá algún daño pese a los fenómenos naturales, así como al aumento en las fechorías de delincuentes.
Cabe recordar que los sismos del 7 y 19 de septiembre de 2017 dejaron una dolorosa huella, que trajo destrucción y daños totales –tan solo para las aseguradoras– por 30 mil millones de pesos hasta el momento.
Por tanto, el seguro de casa habitación ha tomado relevancia porque representa una protección al patrimonio familiar, sobre todo si se toma en cuenta que más de la mitad de la población, es decir, entre 50 y 60 millones de personas se encuentra en zonas sísmicas o que pueden enfrentar daños hidrometeorológicos, según el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred).
Al respecto, Marco Antonio de la Rosa, gerente de Daños de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS) en entrevista con CAPITALMEDIA, reconoció que este seguro tiene una baja penetración al ser de apenas 6.5 por ciento del total de casas y condominios que cuentan con una póliza contra daños, contratada de manera individual y voluntaria.
De la Rosa apunta que existe 25 por ciento de los inmuebles que, de manera obligatoria, al estar ligados a un crédito hipotecario se ven en la necesidad de contratar un seguro contra daños, que generalmente asegura el monto total de la inversión, y otras incluso los contenidos de los inmuebles.
El problema que se enfrenta ahora es grave, porque en los últimos años se ha dado un mayor crecimiento de las viviendas en condominios, revirtiendo la tendencia del siglo pasado cuando 70 por ciento de la población vivía en casas y 30 por ciento en edificios. Ahora, la proporción es que 70 por ciento de la población vive en condominios y 30 por ciento casas habitación.
Así, de ese 70 por ciento de personas que viven en edificios, con zonas comunes e indivisas, de hasta 10 o 12 departamentos, sólo tres o cuatro condóminos tienen un seguro contra daños y en caso de daños totales, sólo unos cuantos tienen una póliza para hacer frente a la contingencia. De ahí que no se pueda reparar de inmediato la emergencia.
Ante la coyuntura, la AMIS junto con el Gobierno de la Ciudad de México están buscando la forma de contar con nuevos productos que puedan asegurar a todos los edificios, tal y como establece la ley de condominios que con sólo pagar el mantenimiento se podría contratar el seguro, porque lo ideal sería “un mayor nivel de aseguramiento de los inmuebles”.
Algo similar –dijo– es lo que está ocurriendo en otras ciudades del país; sin embargo, en las zonas rurales, la situación es más delicada, porque ahí “el nivel de aseguramiento es mínimo, sobre todo en los estados del sureste del país, donde privan la pobreza y marginación”.
Ya que mientras en las ciudades el nivel de aseguramiento es de alrededor de 25 por ciento, en el sureste, en entidades como Oaxaca y Chiapas es “mínima o nula”. Por esta razón, las aseguradoras han propuesto nuevos productos para que se pueda asegurar, aunque sea de una manera básica, a la población y así participar en el Fondo Nacional de Desastres (Fonden).
Escaso, número de casas aseguradas
Los mexicanos son poco previsores con sus viviendas, pese a los fenómenos naturales y al aumento en la inseguridad
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