Aunque la mayor parte de la gente aprende a convivir con el ruido, expertos han advertido que la contaminación acústica en las grandes urbes puede llegar a dañar la salud.
La contaminación acústica es el ruido y los sonidos que exceden el nivel de intensidad sonora sugerido para los humanos. Generalmente es provocada por la actividad humana.
El otorrinolaringólogo Carlos Radillo Martínez Sandoval afirmó que la exposición continua al ruido puede reducir de manera importante la capacidad auditiva.
Señaló que la contaminación auditiva está saliéndose de control, y desde hace 10 años, cada vez son más los jóvenes que piden atención audiológica o que registran problemas de hipoacusia (disminución de la audición).
Añadió que anteriormente los pacientes eran de la tercera y cuarta edad, en tanto que ahora tienen entre 18 y 35 años rango considerado entre los millennials.
Advierte que el problema se agudiza porque estamos expuestos a más niveles de ruido de diversos orígenes y crecen los hábitos relacionados con la tecnología.
Aseguró que la exposición al ruido laboral, disparos de arma de fuego o pirotecnia y uso de auriculares, son las principales causas de traumas por sonidos intensos.
Dijo que este problema de salud pública y ambiental también está relacionado con lugares ruidosos, como bares, o el tráfico de vehículos, éste último, por cierto, ocupa el primer lugar como fuente de ruido ambiental.
Estudios arrojan que los millennials escuchan música a entre 50 y 98 decibeles, y 45 por ciento lo hace entre dos y tres horas diarias. De acuerdo con el trabajo, “los jóvenes están en condición de riesgo de padecer algún daño auditivo si continúan con la práctica de escuchar música a alto volumen y por periodos prolongados”.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que el límite superior deseable de ruido en las ciudades es de 70 decibeles.
Además, recomienda que el nivel más alto permisible de exposición al ruido en un lugar de trabajo sea de 85 decibeles durante un máximo de ocho horas al día.
De acuerdo con la Norma Oficial Mexicana el límite máximo permisible de emisión de ruido es hasta 100 decibeles, sólo durante cuatro horas y sólo en ceremonias, festivales y eventos de entretenimiento.
Se considera permisible un sonido en vía pública de máximo 60 decibeles y, en lugares restringidos, como son bibliotecas y hospitales, uno de 30 decibeles.
Los sonidos intensos pueden causar fatiga auditiva, sordera, trastornos del sueño, del comportamiento, de aprendizaje e irritabilidad, afirmó la especialista del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Ema Luz Adriana Elizondo Ávalos.
Señaló que casa, trabajo, comercios y espacios abiertos son lugares donde la gente se expone al ruido y son los sonidos fuertes los que pueden afectar, provocando desde zumbidos pasajeros, hasta pérdida parcial o total de la capacidad auditiva.
La doctora Elizondo resaltó la importancia de que la población en general detecte y reduzca fuentes de ruidos indeseables, con el fin de evitar afectaciones a la salud.
Añadió que si se toma en cuenta que en una charla normal se generan alrededor de 50 decibeles, significa que muchas veces el tráfico, los eventos sociales y el uso de ciertas herramientas sobrepasan el ruido permisible.
La especialista apuntó que hoy día existe mucha carga vehicular, se utiliza más el claxon, es lo más común en la ciudad. En tanto, en las zonas industriales, si pasa el tren cerca de la casa o si hay una fiesta cerca, los sonidos son intensos y pueden ocasionar problemas a la salud.
Para quienes la exposición al ruido es parte del trabajo, Elizondo Ávalos consideró fundamental utilizar el equipo de protección adecuado, ya que algunas veces, por comodidad, las personas rehúsan colocarse conchas o tapones auditivos, pese a que pueden tener contacto con una fuente de ruido durante muchas horas.
Hipoacusia, la nueva amenaza
La sordera parcial es un problema de salud pública que afecta cada vez más a los millennials
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