En el país, 80 por ciento de los accidentes por intoxicación ocurren en los hogares de las víctimas, esto debido a la disponibilidad, bajo costo y alta eficacia de los productos químicos.
La doctora María del Carmen Socorro Sánchez Villegas, jefa del Departamento de Toxicología Clínica del Centro Médico Nacional La Raza, del IMSS, recomendó un control estricto de las sustancias tóxicas en casa y que, de preferencia, sean siempre adultos quienes las manejen.
Cada año las intoxicaciones y envenenamientos en México son causa de alrededor de 13 mil 600 egresos hospitalarios.
Como consecuencia de las intoxicaciones fallecen mil 400 personas, de las cuales 87 por ciento son adultos y 13 por ciento niños. De este universo, 72 por ciento de los casos son accidentales y 28 corresponden a suicidios.
En los adultos, la mortalidad por intoxicaciones accidentales ocurrió en primer lugar por la ingestión de medicamentos (21.6 por ciento), la inhalación de gases tóxicos (20.4 por ciento) ocupó el segundo lugar y la exposición a plaguicidas (13.9 por ciento) el tercero.
En los niños, el primer lugar fue por la inhalación de gases tóxicos (41.8 por ciento) seguido de la ingestión de medicamentos (18.3 por ciento) y la exposición a plaguicidas (13.1 por ciento).
En cuanto a la intoxicación laboral, los trabajadores agrícolas y de la industria de la transformación son los más afectados.
Los plaguicidas agrícolas son usados frecuentemente con fines suicidas, ya que causan daños fatales a quien se expone a ellos; en caso de no fallecer, llegan a provocar secuelas permanentes.
La especialista enfatizó que por su alta toxicidad la atención a personas afectadas con plaguicidas ocupa el cuarto lugar de atención en materia de envenenamientos agudos en este servicio.
La doctora Sánchez Villegas comentó que el paciente más pequeño que ha sido atendido en este hospital por intento de suicidio tenía ocho años; el grupo pediátrico con mayor riesgo se ubica entre los 12 y 16 años; en el caso de los adultos, entre los 35 y 45 años y, en adultos mayores, a partir de los 70.
Exhortó a los padres de familia a evitar el uso o consumo de productos letales, entre ellos el fosfuro de zinc, que se utiliza para matar ratones y que en el mercado puede encontrarse a muy bajo costo. En el caso de los raticidas, agregó, éstos deben desaparecer de los domicilios.
Otra sustancia potencialmente nociva es la sosa cáustica, la cual ha impactado en gran manera en menores de edad; su compra es de fácil acceso y se vende a granel en altas concentraciones, añadió.
Explicó que otro problema en casa es el uso indiscriminado de medicamentos potencialmente tóxicos y que pueden estar en el botiquín de cualquier familia; fármacos como paracetamol, carbamazepina; medicinas para el control de la diabetes o glucosa deben estar resguardadas y bajo vigilancia, sobre todo si en casa hay niños pequeños o jóvenes.
La especialista enfatizó que, en caso de intoxicación, no se debe administrar ningún medicamento –ni neutralizantes como agua con bicarbonato con jugo de limón–, leche u otros remedios.
La administración de leche favorece la absorción más rápida de los productos e incluso perjudica el tubo digestivo de los pacientes cuando han ingerido un corrosivo y aumenta la evolución de una quemadura.
Al momento de descubrir la ingesta de algún medicamento o sustancia tóxica, ya sea de manera accidental o por intento de suicidio, es vital que el afectado sea llevado de inmediato a los servicios de urgencias del IMSS para recibir valoración médica y atención oportuna que puede salvar la vida, concluyó.