Japón cuenta con una cultura alimentaria “muy singular”, que puede contribuir a mejorar la nutrición mundial, aseguró la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
“Japón es un modelo mundial de dieta saludable. Los japoneses tienen la tasa más baja de obesidad entre los países desarrollados, menos de cuatro por ciento de la población adulta”, añadió la organización.
Si se compara con otros miembros del G8, el grupo de países con las economías más industrializadas del planeta, las diferencias son enormes: Alemania, Francia e Italia tienen entre 21 y 22 por ciento, Reino Unido 26 puntos porcentuales y casi en el otro extremo de la clasificación mundial está Estados Unidos, con 33.6 por ciento de obesidad.
La FAO señaló que Japón tiene una cultura de la alimentación “única” y saludable, que incluye muchas verduras, frutas y pescado.
Citó la tradición del washoku, un variado conjunto de técnicas, conocimientos y tradiciones relacionadas con la preparación y el consumo de alimentos, que ha sido declarado Patrimonio Cultural Inmaterial por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
Resaltó que Japón posee una gran riqueza de conocimientos y experiencia para compartir con otros países.
La organización señaló que están dispuestos a promover esa interacción como actividad relacionada con el Decenio de Naciones Unidas sobre la Nutrición, que tiene como objetivo hacer frente a los malos hábitos alimentarios, estrechamente vinculados con las enfermedades no transmisibles.
En este contexto, Japón ofrece un ejemplo de eficacia de las políticas públicas y de legislación para promover una nutrición adecuada, especialmente mediante leyes destinadas a educar a los niños y controlar el peso de los adultos, recordó el director general de la FAO.
El gobierno japonés está comprometido con sus políticas de mantener a raya el sobrepeso, invirtiendo recursos sustanciales en programas de nutrición y de educación para la salud, pero también en leyes específicas.
Todas estas medidas forman parte de una campaña nacional para la promoción de la salud llamada Salud Japón 21, en la cual hay dos leyes que han sido exitosas para frenar la obesidad: la ley Shuku Iku, enfocada más en los infantes y la ley Metabo (de metabolismo), enfocada en los adultos entre 40 y 75 años.
Dichas medidas, señaló, están en línea con los compromisos asumidos por los líderes mundiales en la Segunda Conferencia Internacional sobre Nutrición de 2014 (CIN2) y la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, de establecer políticas nacionales dirigidas a erradicar la malnutrición .
También elogió a Japón por apoyar a los países en desarrollo a través de la FAO en las áreas de producción y consumo de alimentos, así como en el sector agrícola, incluyendo la silvicultura, la pesca y la ganadería.
El tema cultural juega un papel importante para mantener a los japoneses lejos de la obesidad. Un factor de suma importancia es la preferencia histórica por las porciones pequeñas.
Japoneses comen mejor que nadie
Según datos de la FAO, esta nación asiática cuenta con legislaciones que le permiten mantener a raya a la obesidad
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