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Las otras víctimas del muro de Trump

Resulta paradójico, pero la posible construcción del muro fronterizo entre México y Estados Unidos tendrá un mayor impacto ecológico en territorio estadounidense que en nuestro país.
Es así que los principales grupos opositores al muro que prometió construir el presidente Donald Trump para frenar el paso ilegal de migrantes mexicanos a Estados Unidos, proviene de la comunidad estadounidense, en su mayoría ganaderos, terratenientes y administradores de la vida silvestre en la franja fronteriza.
En entrevista para CAPITAL MEDIA, el doctor Gerardo Ceballos, investigador del Instituto de Ecología de la UNAM, señaló que construir una barrera artificial en una zona ecológica megadiversa, pone en riesgo a poco más de 10 mil ejemplares de 800 especies diferentes de plantas y animales, que suelen habitar la región de la frontera norte, principalmente en territorio estadounidense.
De ellas, 150 especies son las más vulnerables al estar catalogadas en peligro de extinción, debido al reducido tamaño de sus poblaciones.
“Hay más especies de animales y plantas silvestres en Estados Unidos, el muro tendría un impacto mayor en territorio estadounidense”, aseguró.
Por ello, cerca de 10 mil estadounidense, integrantes de la Asociación Vida Silvestre de Texas, iniciaron en abril una guerra legal en contra del muro de Trump, al argumentar que la barrera artificial impediría el libre acceso de sus ganados a fuentes naturales de agua.
Impactos ambientales del muro
La construcción de un muro en una de las zonas ecológicas más diversas del país significa, principalmente, la fragmentación del hábitat y la reducción de poblaciones de especies, lo que las deja más expuestas a catástrofes naturales como incendios, inundaciones o sequías, asegura el especialista de la universidad.
El impacto inmediato se haría evidente desde la propia construcción, para la cual es necesario introducir maquinaria pesada y, como consecuencia, habría una destrucción masiva de especies de flora y fauna sin oportunidad de sobrevivir.
“Tan sólo en el procedimiento, los obreros destruirán fauna y si ven un animal como las serpientes, es seguro que las van a matar”, lamentó.
En segundo lugar, los trabajos de construcción incrementarían la presencia de personas y patrullaje en zonas que eran inaccesibles para los seres humanos, ahuyentando a manadas de animales a regiones poco familiares para ellos, dejándolos expuestos a actividades ilegales como la caza o el tráfico de especies.
Una vez construido el proyecto de Donald Trump, el tercer impacto sería impedir los movimientos migratorios de las especies, tanto de mamíferos, reptiles y anfibios, así como de peces en riachuelos.
“Sabemos que las barreras cambian los patrones de dispersión, tanto de especies que se mueven regionalmente como las que realizan migraciones amplias, lo que limita sus patrones de alimentación y reproducción”, explicó.
En materia de conservación, el muro frenaría los avances alcanzados en la recuperación de especies en peligro de extinción o que estuvieron extintas en vida silvestre, como el lobo mexicano, que tras pasar por una compleja reproducción en cautiverio logró ser reintroducido a su hábitat en 2011, y recientemente se identificó una pequeña población en Arizona proveniente de México.
Otro ejemplo es el jaguar, especie mexicana en peligro de extinción, de la cual se han logrado identificar cuatro ejemplares del lado de Estados Unidos, y de haber existido el muro no podrían regresar a reproducirse o desplazarse entre ambos países.
“Después de un incendio en Arizona, encontramos un oso negro en México, llegó a Chihuahua huyendo del incendio, es decir, el muro interrumpiría el paso de las especies de fauna”, señaló.
Retos en la conservación
La barrera no sólo implica limitar el desplazamiento de las especies, también las puede condenar a la muerte, ya que los animales terrestres necesitan moverse por diferentes ecosistemas para alimentarse, reproducirse y adaptarse a las condiciones climáticas adversas que de manera natural enfrentan como las inundaciones, incendios o sequías de la región, señala el doctor Ceballos.
Además, el desplazamiento les da oportunidad de superar impactos ambientales provocados por el hombre, como la deforestación y la cacería. Con el muro, los ecosistemas también se verían alterados, dando paso a microclimas que limitan las oportunidades de adaptación de poblaciones reducidas, ante la falta de una gran variedad de alimentos.
El especialista de la UNAM concluye que ante la posibilidad de construir un muro fronterizo, el gobierno mexicano debe trabajar en una estrategia para prevenir estos impactos ambientales.

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