Rodeado de esferas, luces, guirnaldas y hasta regalos, el árbol de Navidad decora los hogares durante más de un mes.
Existen varias opciones para colocarlo, considerado uno de los símbolos cristianos que representa la vida, pues durante la época invernal del hemisferio norte, el pino es el único árbol que no pierde sus hojas.
Algunas versiones señalan que debe colocarse el 8 de diciembre, día en que se conmemora a la Virgen de la Concepción. Otra costumbre, es que debe colocarse el primer domingo de Adviento.
Por su lado, la tradición ortodoxa señala que se decora el 6 de diciembre, día de San Nicolás.
Es el principal adorno en los hogares en esta temporada y los hay naturales y artificiales, pero ¿cuál de estas dos opciones es la mejor? Hoy, los factores tanto económicos y ambientales preponderan a la hora de seleccionarlo.
Ante ello, Luis Antonio Martínez, jefe de Producción de la Gerencia de la Comisión Nacional Forestal (Conafor) en la Ciudad de México, explicó los pros y contras de adquirir un árbol natural o artificial.
“En el caso de los naturales, estamos disminuyendo un impacto al consumirlos puesto que son biodegradables, y pueden ser, al término de la temporada navideña, prácticamente triturados para hacer aserrín o pastillas y utilizarse para hacer compostas”, apuntó.
De entrada, en el caso del artificial, el funcionario de la Conafor resaltó que su proceso de degradación tarda cientos de años.
“Quizá para lo que es el árbol de Navidad artificial el beneficio que mucha gente les ve –es que a pesar de ser un gasto fuerte al inicio porque cuestan cerca de los dos mil pesos, más o menos– es la durabilidad. Son árboles que pueden durar muchos años; sin embargo, su desventaja es precisamente que de igual manera para que éstos se degraden tardarán alrededor de mil años, entonces realmente no estamos aportando beneficio al medio ambiente”, añadió el funcionario.
Hay que recordar que para quienes buscan una opción ecológica, desde hace varios años, está la posibilidad de rentar un árbol de Navidad. Existen varias plataformas que ofrecen este servicio que incluye el traslado del pino al domicilio y su regreso al bosque para replantarse.
“La renta de árboles de Navidad en maceta trae como beneficio no cortar su vida. Finalmente el árbol lo decoras estando vivo y tiene la posibilidad de ser nuevamente reincorporado”, apuntó.
A final de cuentas, elegir un árbol natural parece ser mejor opción para el planeta. Pero dependiendo en la variedad de los factores, ambas opciones podrían ser buenas.
Si deciden tener un árbol artificial, se recomienda usarlo por lo menos una década y consideren comprar uno hecho en México y, de preferencia, que no sea de PVC.