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Obsidiana, piedra que no se devalúa

La obsidiana es una piedra ígnea que se forma cuando la lava se enfría bruscamente, se ha convertido en uno de los principales testigos valiosos del pasado de México.
Esta piedra, en Teotihuacán se convirtió en toda una industria, ya que la ciudad además de ser un centro religioso y artesanal, en la época prehispánica fue una potencia comercial.
Más de 300 familias de la “Ciudad de los Dioses” trabajan la obsidiana para convertirla en singulares piezas artesanales.
Esta labor ha pasado de padres a hijos, en donde se dedica gran parte de los días, a labrar esta piedra, cuyas características -brillo, color y dureza- resaltan de otras.
El integrante de la Cooperativa Artesanal de Santa María Coatlán, Ernesto Rojas, revela que todos los artesanos de la región son talentosos y es un arte que se trae en “los genes” por herencia de quienes fundaron Teotihuacán, una ciudad prehispánica muy importante de Mesoamérica por su desarrollo cultural, artístico, religioso, político y social.
Comentó que este sitio arqueológico, localizado al noroeste de la Ciudad de México, fungió como un importante centro de abastecimiento de obsidiana, porque no había metales y la ocupaban para elaborar instrumentos y armas, como navajas, cuchillos, flechas y espejos.
Desde entonces, expresa, la roca volcánica ha sido base de la economía de innumerables familias de los municipios cercanos a Teotihuacán en el Estado de México.
De talla internacional
Luz Romero, directora de Fomento Artesanal de Teotihuacán, apuntó que debido a que aún existen muchas familias dedicadas a este oficio cada año mediante la Feria Internacional de la Obsidiana pueden exhibir su obras.
“El brillo de sus obras, lo mismo deslumbra en los alrededores de la “Ciudad de los dioses” que en los estados del sureste del país, principalmente en aquellos que atraen más turismo”, puntualiza Romero.
Para Alfonso Muñoz Cruz, quien heredó el taller de esa cooperativa de su abuelo y papá, el turismo moviliza gran parte de las artesanías teotihuacanas porque ha evolucionado de muchas formas.
“Los tiempos cambiaron. Antes, en los años 80, llegaban bastantes ciudadanos estadounidenses a comprar las piezas prehispánicas, pero en la década de los 90 y 2000 ocurrió algo diferente, porque nos visitaron europeos, españoles, italianos, franceses y alemanes”, ejemplificó.
Menciona que hoy en día son más turistas provenientes de Centroamérica, China y Rusia, quienes de manera especial piden ciertos objetos.
Mineraloide brillante
La obsidiana, es una roca ígnea rica en minerales, lo cual permite apreciarse en diferentes tonalidades que son transparentes, translúcidas, brillantes, reflejantes.
Según artesanos del lugar todo dependerá de la profundidad de donde se extraiga.
No es un mineral, porque no posee una composición química bien definida. A menudo se le clasifica como un mineraloide.
Explicaron que en las minas es más comúnes encontrar las rocas color negro y marrón, pues hallar tonalidades claras es más complicado porque debe excavarse más.

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