Son las cinco y media de la mañana y a Tony le da mucha flojera alistarse para ir a la escuela.
Así que abre la llave de la regadera con el propósito de que se caliente. Pasan cinco minutos y el agua aún no tiene la temperatura deseada. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), dejar que corra el agua de la ducha durante 10 minutos equivale a 100 litros del líquido que van directo al desagüe; o sea, Tony ya ha dejado ir por la coladera al menos 50 litros.
Con un baño apresurado ha gastado más de 150 litros. Durante el fin de semana, que se lo toma “con calma”, su consumo de agua podría triplicarse.
Después, lava una manzana, un proceso que le lleva aproximadamente dos minutos, o sea, media cubeta, pues cada minuto que deja la llave del lavabo abierta equivale a cinco litros del vital líquido que nunca volverán.
Ya son las seis, y Tony se apresura a lavarse los dientes; dice que “no tiene tiempo” de llenar un vaso y utilizar únicamente 250 mililitros (ml) para enjuagarse, así que lo hace con el grifo abierto. Esta adolescente apresurada suma 20 litros adicionales a su huella hídrica del día.
A las 6:15 de la mañana, cuando finalmente se va a la escuela, ya ha gastado casi 200 litros de agua. El resto del día se lavará las manos, lo que supondrá otros 25 litros; usará el WC al menos otras dos veces, lo que sumará 18 litros adicionales, y se lavará los dientes dos veces más (con el método del grifo abierto), sumando otros 40 litros. Todo esto da un total de 305 litros de agua que esta joven gasta en un día cualquiera, duplicando así –según la Comisión Nacional del Agua (Conagua)– la cantidad promedio diaria que requiere una persona para sus actividades: 150 litros.
A sus 13 años, Tony gasta 2 mil 135 litros de agua a la semana, es decir, 8 mil 540 en un mes. Si continúa con esta tendencia, habrá utilizado 204 mil 960 litros antes de poder celebrar sus 15 años. Cuando cumpla apenas un cuarto de siglo de habitar en este planeta, habrá agregado a su huella hídrica más de un millón de litros de agua usados o desperdiciados.
Para evitar el desperdicio emprendedores sociales desarrollan sistemas para evitar que tanta agua se vaya por el drenaje.
Reducir nuestra huella hídrica
Con proyectos sustentables, bañarse o lavar el auto ya no serán motivo para que tantos litros de agua se vayan al drenaje
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