Los calambres son contracciones de los músculos con características súbitas, son fuertes, dolorosas e involuntarias, y ocurren en cualquier músculo del cuerpo, aunque la pantorrilla es el lugar donde se sienten con mayor frecuencia.
De acuerdo con la especialista en la medicina de la actividad física y deportiva, Verónica Sánchez Nuño, estas contracciones son inofensivas y tienen que ver con la deshidratación o por mantener una tensión muscular por un tiempo prolongado.
Los calambres son provocados por hacer un ejercicio de manera repetitiva, por la falta de un adecuado riego sanguíneo, por comprensiones en los nervios periféricos o por algún desequilibrio entre los aportes de los minerales, como potasio y calcio dentro de la dieta, principalmente.
En entrevista detalló que hay calambres primarios, provenientes de los nervios periféricos, que desencadenan disparos repetitivos de potenciales eléctricos y son capaces de provocar poco más de 50 movimientos por segundo, pues producen una contracción.
También por enfermedades
Sánchez Nuño explica que, además de los anteriores, existen aquellos que se producen por enfermedad, como diabetes, hipertiroidismo. cirrosis o algún daño neuronal, entre otras afecciones.
En el caso de los pacientes con enfermedades como diabetes mellitus, afectación de los nervios periféricos, falta de circulación, así como mal manejo de medicamentos, ellos están más propensos a sufrir este tipo de espasmos musculares.
Y en cuanto a las mujeres embarazadas, esta contracción de los músculos es frecuente, en especial en el tercer trimestre de gestación, cuando dan de manera repetitiva sobre todo en las pantorrillas, ya sea por la retención de líquidos, por falta de movimiento y por el aumento de peso.
Importancia de los cuidados
Cuando una persona no está habituada a realizar ejercicio de manera regular, hay una probabilidad muy alta de que se origine un calambre debido al impacto del entrenamiento repetitivo, como las sentadillas y las abdominales, provocando una fatiga muscular inmediata.
El ambiente es otro factor que influye; es decir, si una persona vive donde hay mucha humedad y excesivo calor, entonces el potencial de deshidratarse es muy alto, lo cual debe compensarse cuando hay pérdida de líquidos.
Se recomienda, además, evitar el sedentarismo prolongado, porque los músculos se comienzan a contracturar por estar mucho tiempo en la misma posición, lo cual aumenta el riesgo de padecer una mala circulación en las piernas, en músculos periféricos y en vasos sanguíneos.
“Algo importante es que al término de cualquier sesión de ejercicios resulta básico que las personas realicen una parte de estiramientos estáticos para que puedan regresar al músculo a su posición original, después de haber recibido la carga de ejercicio”, aconsejó.
A su vez, recomienda que las personas mayores de 40 años de edad se realicen una vez a la año un examen médico para identificar las características de los electrolitos a nivel sanguíneo, como sodio, magnesio, potasio y calcio.
Sedentarismo, responsable de los calambres
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