Antes de la década de los 80, la música dejó de ser estática y comenzó a hacerse móvil. El “boom” nació a finales de la década de los 70, cuando unos reproductores portátiles de casete revolucionaron el consumo musical a nivel mundial.
La marca japonesa Sony fue la encargada de lanzar los icónicos reproductores con los que todo mundo enloqueció. Sin embargo, en la actualidad, la situación ha cambiado desde aquellos días, ahora la música se ha trasladado al interior de los telfonos móviles.
En 1979 llegó el primer Walkman de la historia, que no incluía radio y contaba con un par de conectores para compartir la música, y a tan sólo tres meses de su lanzamiento mundial logró vender cerca de 30 mil unidades. Dos años después llegó el dispositivo que se asemejó más a lo que vino después.
El aumento constante de la calidad de sonido ha sido el avance que ha experimentado la línea de productos para la reproducción de música, siempre en busca de escuchar audios con mejor fidelidad.
El reproductor de casete fue un equipo de gran utilidad mientras estuvo en su apogeo; pero con el paso del tiempo, perdió su popularidad, dando paso –en plena era digital de la década de los 90– al lector de CD para una reproducción con mejor fidelidad.
En esta misma década surgieron los minidisk, también fabricados por Sony. Era un formato doméstico de audio digital de alta calidad, que consistió en un pequeño disco y una máquina capaz de reproducir o grabar sonido en él.
Más adelante, ya cerca del cambio de milenio, surgió el reproductor mp3 que consta de un formato de audio digital comprimido. Este formato se convirtió en el estándar utilizado para streaming de audio y compresión de audio de alta calidad.
Hoy en día predomina el manejo de la información vía virtual, ya que, por ejemplo, mediante un iPod o un smartphone se puede reproducir ya sea un video o una canción a través del software del equipo e intercambiar información con un ordenador.
Cada día, la tecnología ha avanzado con equipos y software capaces de codificar la información más rápido efectivamente, así como también fabricándolos más pequeños y livianos debido a la introducción de nuevos materiales, manteniendo la portabilidad de la música.