Los “cuatro grandes” del tenis masculino superaron la primera semana de Wimbledon, en lo que parecía otro caso del monopolio que han ejercido Roger Federer, Andy Murray, Rafael Nadal y Novak Djokovic sobre los torneos de Grand Slam. Sólo uno de ellos estará en las semifinales del torneo.
Un Murray renqueante fue eliminado por Sam Querrey, Djokovic abandonó por lesión su duelo ante Tomas Berdych y Federer fue el único que sobrevivió ayer a los cuartos de final con una contundente victoria sobre Milos Raonic para meterse en las semifinales de Wimbledon por duodécima ocasión. Nadal cayó el lunes en los octavos de final.
Roger se impuso 6-4, 6-2, 7-6 (4) sobre Raonic para seguir su temporada mágica, en la que conquistó el Abierto de Australia en enero. El suizo, que busca su octava corona en el All England Club, enfrentará a Berdych en las semis del viernes.
Querrey jugará contra el croata Marin Cilic, quien despachó 3-6, 7-6 (6), 7-5, 5-7, 6-1 a Gilles Muller, verdugo de Nadal en la ronda anterior.
Berdych tenía ventaja de 7-6 (2), 2-0 sobre Djokovic cuando el serbio tiró la toalla por una lesión del codo derecho.
Renqueante entre puntos y desgastado en la recta final, el campeón defensor Murray perdió 3-6, 6-4, 6-7 (4), 6-1, 6-1 frente a Querrey, un estadounidense, preclasificado 24, que alcanzó las semifinales de un Grand Slam por primera vez en su carrera.
“Todavía estoy un poco aturdido”, dijo Querrey, el primer estadounidense que alcanza las semifinales de un major desde que Andy Roddick fue subcampeón de Wimbledon en 2009.
Murray llegó a Wimbledon aquejado por dolor en la cadera izquierda, y los efectos de la lesión fueron más pronunciados después de ganar el primer set y sacar ventaja de un quiebre en el segundo.
Mientras caminaba para cambiar de lado, el británico empezó a cojear, y a medida que transcurrió el partido, la cojera fue más evidente y su desempeño menos efectivo.
“Él pudo dictar todos los puntos”, señaló el escocés, todavía campeón del certamen. “De todas formas fue un partido bastante cerrado, tampoco es que me haya dado una paliza. Obviamente, al final tuve algunas dificultades”.
Djokovic, por su parte, recibió tratamiento de un masajista en el codo después del primer set. En su partido el día previo, también recibió tratamiento pero en el hombro.
“Estaba empeorando, señaló el serbio, quien explicó que el codo le duele más cuando saca y cuando le pega de derecha. “Desafortunadamente hoy fue el peor día. Probablemente no me haya beneficiado haber jugado ayer”.
“Djoker” indicó que el codo le ha molestado desde hace más de un año, pero decidió no operarse. Dijo que ahora contempla tomarse un descanso prolongado.
Ese descanso fue beneficioso para Federer, quien se saltó toda la temporada de arcilla y a sus 35 años busca sumar a su colección de 18 títulos de Grand Slam, entre los que hay siete de Wimbledon. Su victoria sobre Raonic fue una pequeña venganza por el descalabro ante el canadiense en las semifinales del año pasado.
“Estoy muy contento porque mi cuerpo sigue respondiendo después de tantos años”, señaló el raquetista helvético.
“Su Majestad” indicó que es una “lástima” que Andy Murray y Novak Djokovic no hayan podido superar la aduana de los cuartos de final, aunque destacó que “hay otras buenas historias en el torneo”.
“Todos sabíamos que había peligro para cualquiera”, indicó.