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Resurge en Teotihuacán gloria del juego de pelota mesoamericana

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El campeonato que busca rescatar las tradiciones ancestrales de México


Con la participación de nueve equipos del país, cuatro en la rama masculina (Chiapas, Sonora, Tabasco y Yucatán) y cinco en la femenina (Sonora, Tlaxcala, Veracruz, Tabasco y Quintana Roo), la víspera se llevó a cabo en este municipio la jornada eliminatoria del segundo torneo Juego de Pelota Mesoamericano Ulamaztli 2017.
El campeonato que busca rescatar las tradiciones ancestrales de México, realizará este sábado su segunda sesión, cuando se realicen las finales, cuyo ganador se enfrentará al país invitado, Belice, en el campo del Deportivo Braulio Romero de este lugar de acuerdo con las reglas aceptadas del juego prehispánico.
La actividad se enmarca en el programa Noches Mágicas de Teotihuacán y para las dos jornadas fueron organizados también un programa de espectáculos de danza prehispánica, sesiones de musicoterapia colectiva, temazcales y guías energéticas, además que en la zona se abrió un área de acampar. La entrada por persona cuesta 120 pesos.
Las eliminatorias se realizaron el 14 de abril entre las seis de la tarde y las 11 de la noche y esta sábado 15 del mismo mes se llevarán a cabo las finales de ambas ramas, cuyo ganador se enfrentará al representativo del país invitado.
El segundo campeonato de juego de pelota mesoamericano revive la eterna lucha entre la luz y la obscuridad y es la vitalidad quien da continuidad a la existencia de los hombres, así como lo narra el “Popol Vuh”, el antiguo libro sagrado de los mayas, explicó a Notimex Armando Osorio Uscanga, dirigente nacional del proyecto.
El entrevistado, quien en cada partido funge como comentarista que ilustra al público, explicó que la idea de la organización es revalorar, reivindicar y difundir en México y el mundo el juego de pelota mesoamericano, y explicó que hasta 2016 había cuatro entidades del país interesadas en este movimiento, y a la fecha ya suman 16.
Tal incremento, aseguró, habla del óptimo momento que vive este deporte, que si bien en los últimos años ha sido visto como espectáculo para el turismo que llega a zonas como Xcaret, Quintana Roo, realmente se trata de un deporte ciento por ciento mexicano que luego de una historia ancestral fue eliminado por la Conquista.
Se perdió tras la llegada de los españoles, quienes al ver que se jugaba con una pelota de tres kilogramos y medio hecha con puro caucho, intentaron jugar también. “Sin embargo, cuando tenían una disputa se aventaban la pelota y se hacían hematomas, se dislocaban la mandíbula, se reventaban los ojos y se rompían las costillas, entre otras lesiones serias”.
En los albores de la evangelización, continuó, clérigos y pueblo español aseguraban que todo lo que no encajaba en su religión era cosa del demonio, por lo que censuraron el juego de pelota. En México la serpiente tenía una simbología especial y para ellos era de perdición en el Paraíso. Eso también provocó su prohibición.
El juego de pelota tiene aproximadamente tres mil años como práctica deportiva ancestral que forma parte de la herencia y cultura de los primeros pobladores de Mesoamérica. Así, desde los tiempos de los Olmecas existen registros de este juego, que tuvo importancia en lo cultural, político y económico en la mayoría de las civilizaciones prehispánicas, acotó.
Desde la llegada de los primeros misioneros, el juego de pelota llamó la atención de gente como Fray Bartolomé de las Casas. Incluso, Hernán Cortes llevó a Europa una demostración de este juego para que la admirara el rey Carlos V. Actualmente, se mantiene como un deporte que muestra la fuerza de sus raíces al permanecer vigente en diversas entidades del país.
Pese a la prohibición, en puntos de lo que hoy es la República Mexicana, como el actual Estado de Sinaloa, se conservó casi intacto en sus reglas y dinámica de juego. Hubo gente que se fue a esconder en las selva, donde logró mantenerlo vigente hasta la actualidad. Lamentablemente, en los últimos años se ha visto más como espectáculo que como deporte.
Otro factor que determinó la poca práctica del juego de pelota mesoamericana, abundó Osorio Uscanga, es el elevado precio de las pelotas, que oscila entre los 15 mil y los 30 mil pesos, y sin embargo en 2002 él emprendió una cruzada nacional para devolver a ese deporte todo el lustre y esplendor que merece tener en la cultura mexicana.
Lo adoptó como una forma deportiva y en 2006 comenzó a tomar fuerza, tanta, que hace dos años comenzó a localizar jugadores en diversas entidades del país, y en este momento cuenta con quipos en Sonora, Sinaloa, Chihuahua, Baja California Sur, Nayarit, Hidalgo, Jalisco, Michoacán, Oaxaca, Veracruz, Tabasco, Chiapas, Quintana Roo y otros.
Cada equipo es de siete jugadores en la cancha, con variantes que consideran cinco y dos de reserva. Cada partido tiene como meta llegar a ocho puntos para obtener la victoria, en un tiempo de 25 minutos de juego para los hombres y 20 en la rama femenil. Es un juego que todo mundo puede practicar, sin restricciones de ningún tipo, aseguró el promotor.
De acuerdo con las reglas más generales, pues no existe registro fiel de sus orígenes y de su reglamento, se le pega a la pelota únicamente con la cadera, y si golpea con cualquier otra parte del cuerpo, se amonesta. Normalmente se juega de manera libre, basándose en las enseñanzas tradicionales de cada pueblo, con el fin de rescatar esta práctica deportiva.
Entre algunas ligas de jugadores, hay diferencias respecto a algunos de los movimientos y reglas al momento del juego, por lo que cada una lo adapta a sus costumbres, su cultura y su legado histórico al respecto. En lo que sí hay coincidencia prácticamente general, es en que este juego es místico e inspira a realizarlo con espiritualidad, destreza y corazón.
Se trata, subrayó el organizador, de un juego que exige competitividad, condición física, habilidad y mucho valor. Además de los estados del país citados líneas arriba, el juego de pelota de cadera se practica en Francia, España, Suecia, Suiza, Belice, Guatemala, Honduras y otros países, afortunadamente, con espíritu deportivo, alejado de fines comerciales, finalizó.