Hace exactamente tres años se daba a conocer la muerte de Jules Bianchi, tras permanecer nueve largos meses en coma; el joven piloto francés era en ese entonces una de las promesas más importantes de la Fórmula 1 de los últimos tiempos.
Jules se convirtió en la primera víctima mortal de la actual generación de la competencia más importante del automovilismo.
La FIA (Federation Internationale de l’Automobile), inmediatamente después del accidente de Bianchi el 5 de octubre del 2014 en Japón, inicio una amplia reestructuración de la seguridad de sus competencias.
Aquella tarde de tremenda lluvia sobre el circuito de Suzuka, el auto Marussia que manejaba el francés se fue directamente contra el monoplaza accidentado del alemán Adrian Sutil, el cual era removido por una grúa.
Las maniobras de la grúa se realizaban en una zona muy peligrosa de pista y la competencia se había reiniciado imprudentemente. El fuerte impacto en la cabeza dejo a Jules en un coma profundo.
Además de la grúa en una zona peligrosa se juntaron otras desafortunadas circunstancias: una tormenta provocada por un tifón, la mala señalización y exceso de velocidad del piloto.
Una de las medidas tomadas por la FIA fue introducir la prohibición de tener en las zonas de peligro autos de asistencia y extracción, y posteriormente se introdujo el famoso ‘virtual safety car’, mismo que limita la velocidad de todos los autos en zonas en las que se encuentren vehículos ajenos a la competencia tras un accidente o una averia.
Pese a estos cambios a las reglas en la fórmula 1, el accidente de Jules provocó un intenso debate en el que se discutía como proteger la cabeza, la parte más débil de los pilotos en caso de un fuerte accidente.
La solución del organismo fue el diseño e implementación del tan polémico “Halo”, el cual ya es parte de los autos desde el inicio de la presente temporada.
Pese a ser un elemento que puede potencialmente salvar la vida del conductor, tanto como las escuderías, pilotos y aficionados cuestiona la perdida de eficiencia aerodinámica de los autos y lo mal que hacen ver a los mismos.
¿Podrá la estética de un auto ser más importante que la vida de un deportista?, la pregunta sigue en el aire, mientras tanto actualmente el “halo” ya luce como el elemento de seguridad más importante de un Fórmula 1.
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