Las imágenes muestran un panorama devastador: casas incendiadas, vecindarios enteros prácticamente calcinados. Las autoridades canadienses dicen que esperan combatir el incendio masivo, el cual destruyó buena parte de este territorio petrolero en Alberta durante meses.

Se teme que el avance de las llamas pueda llegar hasta una importante mina de arenas bituminosas e incluso a la provincia vecina de Saskatchewan.

El gobierno en Alberta advirtió que el incendio abarca más de 200 mil hectáreas y que crecerá debido a las temperaturas elevadas, clima seco y vientos intensos. Chad Morrison, de los bomberos de Alberta, señaló que no es frecuente combatir un incendio de tal magnitud en zonas boscosas durante meses.

“De ningún modo está controlado”, indicó la primera ministra de la provincia, Rachel Notley.

Las autoridades prevén la evacuación masiva de los campamentos de trabajo de Fort McMurray el sábado. Miles de residentes fueron desplazados, pero no se reportan muertos ni heridos desde que estalló el incendio el domingo pasado.

Notley advirtió que unos 12.000 evacuados fueron aerotransportados desde los yacimientos de arenas bituminosas en estos últimos días, y que unos siete mil salieron en convoyes escoltados por la policía.

Las llamas podrían alcanzar las instalaciones de Suncor, a unos 25 kilómetros (15 millas) al norte de Fort McMurray. El personal no esencial fue evacuado y se extreman las medidas para proteger el lugar. Pero Notley notó que las minas de arenas alquitranadas no muestra vestigio alguno de vegetación.