La Casa Blanca fue cerrada debido a un paquete sospechoso, en el momento que el presidente Barack Obama se encontraba en la residencia ejecutiva.
El paquete, aparentemente arrojado dentro del perímetro de la Casa Blanca, provocó una amplia movilización de elementos de varias agencias policiales, incluido el Servicio Secreto. Las personas al interior de la Casa Blanca no pudieron salir, ni aquellas en el exterior podían entrar a la casona.