Los daños ocasionados por el terremoto que sacudió a Ecuador el sábado podrían ascender a tres mil millones de dólares, estimó el presidente Rafael Correa.
“Las pérdidas son multimillonarias; calculo tres mil millones de dólares, un tres por ciento del Producto Interno Bruto, y eso significa una reconstrucción de años. Es una lucha larga, por eso invito a no desanimarnos’’, advirtió en declaraciones a periodistas.
Añadió que la atención y la provisión de alimentos a los damnificados están garantizadas, así como el trabajo de de rescatistas en las zonas de desastre.
El Gobierno ecuatoriano informó la noche del lunes que la cifra oficial de muertos subió a 480 y los heridos superan los 2 mil, y señaló lo cual espera que suba en los próximos días.
Carrera contrarreloj
Cientos de rescatistas de varias partes del mundo trabajan en una carrera contrarreloj para encontrar sobrevivientes.
Equipos de Ecuador y países vecinos se repartieron por la costa ecuatoriana del Pacífico para buscar a las docenas de personas aún desaparecidas.
En la ciudad portuaria de Manta, unos 50 rescatistas que trabajaban con perros rastreadores, grúas hidráulicas, un taladro logró liberar cerca de ocho personas que estuvieron más de 32 horas bajo los escombros de un centro comercial allanado por el temblor, el más fuerte que sufre el país en varias décadas.
La falta de electricidad complicó los esfuerzos de rescate en muchos lugares y requería el empleo de ruidosos generadores eléctricos, los cuales dificultaron oír a la gente que estuviera atrapada entre las ruinas.
Según las circunstancias, una persona sin heridas graves sobreviviría hasta una semana bajo los escombros, explicó el director del servicio de emergencias de Quito, Christian Rivera.