Por Samuel Cortés Hamdan
México, 10 Feb (Notimex).- La última vez que el poder ejecutivo se inmiscuyó en los asuntos del legislativo en El Salvador, se desató una guerra civil que duró 12 años y provocó la muerte de 75 mil personas.
La poeta y periodista salvadoreña Lauri García Dueñas en entrevista con Notimex, recordó ese hecho luego del emplazamiento del presidente Nayib Bukele este fin de semana para que la Asamblea Legislativa apruebe un préstamo por 109 millones de dólares para seguridad.
El mandatario centroamericano convocó a una sesión extraordinaria este domingo para que aprobaran la deuda, acusó a diputados de oposición de tener pactos con las pandillas de El Salvador, ocupó el recinto legislativo con policías y militares, y declaró que los curules deben ser ocupados por personas honestas.
“A pesar que el presidente aparentemente se está respaldando en la constitución, pues el sentido común, que no es tan común, se ha roto, porque hace mucho tiempo que el poder ejecutivo no se inmiscuía en los asuntos del poder legislativo”, señaló García Dueñas.
“Y la última vez que eso sucedió pues tuvimos una guerra civil de 12 años, entonces han costado 75 mil muertos, 12 mil desaparecidos y 8 mil lisiados de guerra, como para que ahora se rompa uno de los principios básicos de la democracia, que es el respeto a la autonomía de cada uno de los poderes”, lamentó la autora, que cuenta con más de cinco libros de poesía publicados.
La decisión de Bukele, por tanto, es un desacierto, consideró la maestra en comunicación por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), país donde la también poeta reside actualmente. Además, rechazó la política de mano dura del presidente salvadoreño contra las pandillas.
“Creo, como humanista, como periodista, como escritora, que la solución a la violencia no es todos estos planes tipo mano dura contra los pandilleros, los últimos gobiernos no han apostado por ir a las causas estructurales de la violencia en El Salvador”, dijo.
“Y tampoco creo que endeudarse sea la manera de resolver el problema de los homicidios ni la respuesta armamentista”, añadió.
Horas después de ocupar la Asamblea Legislativa con policías y militares, Bukele pidió a los salvadoreños “mantener la calma” y sostuvo que los 109 millones de dólares se usarían para modernizar las operaciones de la Policía Nacional Civil (PNC) y las fuerzas armadas.
El objetivo es “mejorar su movilidad, aumentar su capacidad de operación en las zonas rurales donde han migrado las pandillas, asegurar el equipamiento operativo y táctico, médico-hospitalario, y capacitar y dignificar a los funcionarios que cada día trabajan por la seguridad del pueblo salvadoreño”, indicó la presidencia en un comunicado.
Bukele ha sabido cultivar a sus adeptos en las redes sociales, quienes se extienden entre todas las clases sociales, sin embargo están cegados por los planteamientos mesiánicos del presidente, la ideología y el populismo, consideró García Dueñas.
“No creo que la mayoría de El Salvador esté con el presidente Bukele, también hay muchas personas críticas que se han dado cuenta de que esto es una antesala al golpe de Estado, a otra catástrofe de la que no queremos presenciar ni formar parte”, señaló.
Intelectuales, profesionales, integrantes del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), además de sectores de centro y centroizquierda, han reaccionado con tristeza a las operaciones de Bukele registradas en la Asamblea Legislativa el domingo 9 de febrero.
“Esto es una muy mala señal que nos recuerda a los tiempos de la guerra”, sintetizó sobre la presión del mandatario contra los parlamentarios.
Entre los salvadoreños ahora hay incertidumbre, pesar, angustia, malos recuerdos, planteó la periodista. Sin embargo, la sociedad civil puede detener los exabruptos del presidente mediante el diálogo.
“Que haya un diálogo, así se terminó la guerra en El Salvador, gracias al diálogo y la concertación”, declaró.
Como periodista, García Dueñas es coautora de los libros ‘Tribus urbanas en El Salvador’ y ‘El asesinato de Roque Dalton. Mapa de un largo silencio’.
Parte de obra ha sido traducida al inglés, catalán, alemán y árabe, y ha participado en lecturas en voz alta y talleres en Kenia, Francia, Colombia, Chile, México y su país natal.
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