Alentada por un sólido triunfo en California, Hillary Clinton se proclamó victoriosa en las primarias del Partido Demócrata, con lo que toma su lugar en la historia y emprende la difícil tarea de unir una formación fracturada para enfrentar a Donald Trump.

Clinton se impuso en cuatro de los seis estados en juego el martes

–California, New Mexico, South Dakota y New Jersey. Con cada uno de estos resultados afianzó un poco más la derrota del senador Bernie Sanders, con lo que le quedan menos posibilidades para reactivar su campaña en la última gran noche de primarias estatales.

La secuencia de victorias que tanto pretendió Clinton le permitió celebrar el “hito” que busca desde hace años: convertirse en la primera mujer que encabeza la candidatura en uno de los grandes partidos para presidir el país. En Brooklyn, ante una audiencia plagada de banderas, la ex secretaria de Estado recibió los aplausos y vítores de sus seguidores.

“Las barreras pueden superarse. La justicia y la igualdad pueden ganar”, señaló. “Esta campaña quiere asegurar que no hay techo, que ninguno de nosotros tiene límites. Este es el momento de unirnos”.

Clinton ya tenía el número de delegados necesarios para lograr la nominación del partido antes de las primarias del martes, según un conteo de The Associated Press. Sin embargo, Sanders tenía la esperanza de emplear un posible triunfo en California para convencer a los miembros del partido para que le brindaran su apoyo. El senador por Vermont logró victorias en Montana y North Dakota.