Pese a la aprobación del nuevo sistema anticorrupción, por segundo año México registró un descenso en el “Índice de Percepción de la Corrupción 2017” al pasar del lugar 129 al 135, en una lista de 180 países, ubicándolo al mismo nivel que Honduras, Kazajistán y Rusia.
De acuerdo al informe publicado por Transparencia Internacional y Transparencia Mexicana, la calificación de México empeoró por un punto al ubicarse en la posición 30 a 29 en una escala de 0 a 100, donde 0 es el país peor evaluado en corrupción y 100 es el mejor evaluado en la materia.
México se posicionada como el país peor evaluado tanto del G-20 como de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE).
Para las organizaciones, el retroceso en el Índice de Percepción de la Corrupción 2017 es producto de las resistencias para instalar el sistema anticorrupción en todo el país aunado a la ausencia de una Fiscalía Independiente.
Advirtieron que “los resultados de este índice reflejan también la ausencia de sanciones firmes para los grandes casos de corrupción conocidos por la opinión pública”.
Manifestaron que la corrupción es un problema institucional.
Con base en el estudio, nuestro país se ubica entre las peores posiciones de América Latina y el Caribe, por debajo de Brasil, Argentina, y Colombia, y en la misma posición de Honduras y Paraguay.
Transparencia Internacional y Transparencia Mexicana indicaron que aumentó la transparencia gubernamental, “por sí sola, no necesariamente lleva a una reducción de la corrupción”.
De acuerdo con el Índice de Transparencia Presupuestaria 2017, publicado por la Open Budget Partnership, “México ocupó el lugar 6 de 102 países, posicionándose como el mejor país del continente americano, incluso por encima de Canadá y Estados Unidos.
Sin embargo, señalaron que sin “acciones sistemáticas para desmantelar las redes de corrupción, será difícil que México mejore en las evaluaciones internacionales sobre corrupción e impunidad”.
También indicaron que la corrupción es un problema institucional.
Explicaron que países como Chile o Uruguay, posicionados a más de cien lugares de distancia de México en el ranking, lo comprueban ya que ambas naciones tuvieron una calificación mayor a 60, lo cual puede deberse a la presencia de Fiscalías Independientes, con capacidades reales de investigación y persecución del delito.
Los datos del Índice de Corrupción se suman a la reciente Evaluación Mutua del Grupo de Acción Financiera (GAFI), que señaló que en México el lavado de dinero aún no es un delito que se persiga de manera proactiva y sistemática, lo cual es un riesgo de impunidad y corrupción tanto para el sector público como el privado.
La organización hizo cuatro para México, donde señalaron que es necesario la correcta implementación del Sistema Anticorrupción en todo el territorio nacional, la Incorporar a la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) y al Servicio de Administración Tributaria (SAT) en el SNA, para fortalecer las investigaciones de lavado de dinero y las llamadas “empresas fantasma”.
Así como una Fiscalía General de la República capaz, autónoma e independiente para asegurar que la política anticorrupción del país no dependa ni de la política, ni de intereses privados y avanzar hacia sistemas de información interoperable y automatizada de todas las instituciones públicas, incluyendo la máxima publicidad y formatos abiertos respecto del financiamiento a partidos políticos y sus proveedores.