La montaña rusa en la que se ha convertido el juicio político contra la presidenta Dilma Rousseff tomó otra inesperada curva luego de que el presidente interino de la Cámara de Diputados revocara una decisión que había tomado horas antes, la cual sumergió el proceso de acusación en la incertidumbre.
El giro revivió el juicio un día después de que ahondara las divisiones entre la clase política brasileña al anular una votación realizada el 17 de abril por la Cámara de Diputados que le dio luz verde al proceso.
La medida puso en suspenso la votación prevista para esto días en el Senado, el cual decidirá si suspende, o no, a Rousseff de su cargo mientras se realiza el juicio.
La medida tomada por Maranhao generó debate acerca de su legalidad y el presidente del Senado declaró que iba a ignorarla y que llevaría a votación la moción. Pero doce horas después del anuncio, el vocero de Maranhao, Marcos Alberto, advirtió que el presidente interino había reversado su decisión y no dio razones al respecto.
La decisión despejó el camino para una votación hoy en la que el Senado decidirá si acepta el caso de destitución contra Rousseff y si la enjuicia por violar las normas fiscales en el manejo del presupuesto nacional. Si una mayoría de senadores decide que sí, Rousseff será suspendida como presidenta de Brasil y el vicepresidente Michel Temer asumirá el cargo.