“Por favor, no regalen perritos o gatos, porque 40 por ciento de ellos son abandonados el primer mes y el 95 por ciento, no llega a cumplir el año en el seno de la familia”, pidió. Mónica Hernández, vocera de prensa de la Organización “Sí, Esperanza Animal”.
Pidió que no hagan responsables a sus niños de cuidar un animal, pues si ellos no son capaces de cuidarse a sí mismos, menos a otro ser vivo.
Primero, “los niños deben estar lo suficientemente maduros para saber que son un ser vivo, al que le deben respeto, cuidado y cariño. Los papás deben estar conscientes de que es otro niño que están adquiriendo y que lo van a tener en los próximos 15 años y que generan gastos, requieren de un espacio, atención médica, alimento, cuidados, darles de comer y bañarlos”, dijo.
Comentó que si están decididos a adquirir un animal que no lo compren, que lo adopten, que los lleven a los albergues, porque el comprar en una tienda es seguir fomentando una industria muy cruel, “que es una fábrica de cachorros”.
Lamentablemente, la gente no tiene conciencia de lo que representa adquirir un animalito, “los ven bonitos, como peluches en los aparadores de las tiendas y los ven jugar con los cachorritos, y claro, a todo mundo se les derrite el corazón, pero no piensan que el animalito es un compromiso para los próximos 15 años de su vida”.
“Con un perrito o gatito, se va tener a un bebé de dos años que va depender totalmente de la familia, que causan un gasto; requieren atención y cuidado, entonces, son lindos, pero como el cachorro no tiene atención, está aburrido y empieza a romper cosas y la gente se fastidia y los saca a la calle”.
Nunca compramos un perro con las características de la raza que requerimos, dijo la activista, “sino se compran animales que se ven en la pantalla de televisión, cine o cualquier otro medio, pero a la mejor, soy una persona floja y me gusta un labrador, porque acabo de ver la película, pero como son hiperactivos, que necesitan mucha actividad física y retos mentales, para que sea un perro tranquilo y educado. Entonces, si no lo saco, el perro me va destrozar la casa, el jardín, la manguera y lo que encuentre en su camino”.