Aculco es un destino de riqueza cultural, histórica, gastronómica y artesanal que se encuentra rodeado de montañas, peñas y cascadas, por lo cual, la Secretaría de Cultura y Turismo invita a visitantes nacionales y extranjeros a vivir una gran experiencia en este Pueblo Mágico.
Su nombre actual tiene origen en la lengua náhuatl y significa “lugar donde tuerce el agua” y, si de turismo religioso se trata, en este destino se encuentra la Parroquia de San Jerónimo, que fue construida en 1540 y cuya arquitectura es de estilo barroco.
En el patio central se aprecia un reloj de sol que data del siglo XVIII y en la sacristía, óleos de gran valor, entre ellos “La última cena”, un lienzo de grandes dimensiones del pintor Miguel Cabrera.
También se puede recorrer el Santuario del Señor de Nenthé, de arquitectura moderna, o la Capilla del Señor del Pasito con su exterior de cantera rosa del Siglo XVIII.
Aculco tiene el privilegio de compartir uno de los cuatro Patrimonios Culturales de la Humanidad del Estado de México, el Camino Real Tierra Adentro que fue utilizado como una vía importante del comercio antiguo, para transportar y comercializar plata, mercurio, trigo y maíz. Iniciaba en la Plaza de Santo Domingo, en la Ciudad de México, y concluía en Santa Fe, Nuevo México.
En este Pueblo Mágico se encuentra la antigua Hacienda la Cofradía, cuyo origen se rastrea en tierras pertenecientes a la nobleza otomí.
Arquitectónicamente se distinguen una serie de columnas toscanas de cantera del Siglo XX.
Es imperdible recorrer las calles empedradas del centro o pasear por el tranvía la Adelita para conocer a detalle la historia y las leyendas que aguardan en este municipio.
Entre los sitios naturales que se pueden admirar están la Cascada de la Concepción, la cual alcanza más de 25 metros de altura. Además, sus paredes de basalto la hacen el lugar perfecto para practicar rapel.
También está la Cascada de Tixhiñu, con una caída de 15 metros de altura y un cañón en el que las y los visitantes pueden realizar camping, rapel y ciclismo de montaña. Ambas son un gran espectáculo de la naturaleza.
Las y los visitantes no se pueden ir de Aculco sin degustar sus tradicionales quesos artesanales de diferentes tipos: manchego con jalapeño, natural o con epazote, adobado, ranchero, manchego con ajo, tipo Oaxaca, manchego con nuez, piñón o chipotle, ahumado tipo provolone o asadero, de morral o panela, y que son elaborados en sus más de 60 talleres.
Otro sitio a visitar son los Lavaderos Públicos, construidos en 1882 para uso de la comunidad y que se abastecían del manantial Ojo de Agua. En la actualidad son parte de las leyendas y crónicas del municipio, lo que le da una magia especial.
El Pueblo Mágico de Aculco cuenta con prestadoras y prestadores de servicios turísticos de hospedaje, alimentos y bebidas, así como tour operadores que pueden hacer la estadía en este lugar mexiquense mucho más placentera.