Manifestando su desacuerdo por la construcción de las carreteras Toluca-Naucalpan y Atlacomulco-Atizapán, un grupo de ejidatarios indígenas señalaron que ambas carreteras violan sus derechos, afectan su riqueza cultural y dañan terriblemente al medio ambiente, toda vez que refieren, causan la destrucción de 140 mantos acuíferos y la afectación de 39 mil 800 kilómetros de territorio.
Lo anterior, dicen, ha provocado que gran cantidad de ciudadanos de los municipios de Atlacomulco, Villa del Carbón, Atizapán de Zaragoza, Nicolás Romero, Naucalpan, Huixquilucan y Xonacatlán, entre otros; tengan desabasto de agua.
Desacato
Respaldados por la dirigencia de Vía Radical, ejidatarios y abogados de los mismos indicaron que pese a contar con varios amparos, éstos han sido violados por las constructoras IUSA Construcciones S. A. de C. V. y OHL, la misma empresa a la que se le ha atribuido la mala construcción de carreteras.
“Tan sólo en el municipio de Villa del Carbón se están afectando 80 manantiales que abastecen a los municipios aledaños y al estado de Hidalgo, lo que se está ocasionando es una afectación catastrófica a cambio del enriquecimiento de unos cuantos”, exclamó Jaime Vargas Martínez, representante supremo del Consejo Supremo Indígena a nivel nacional.
Se indicó que algunos elementos que ha presentado Juan Villegas Mejía, representante de pueblos indígenas, son códices, pergaminos, escrituras y certificaciones de la Universidad de Harvard que señalan que la región está protegida, por lo que se impide la construcción de la carretera.
Finalmente, los afectados indicaron que además del daño a manantiales, la comunidad de Santa Cruz Ayotuxco del municipio de Huixquilucan, cuenta con vestigios arqueológicos que serán afectados, por lo que hicieron un llamado a más ejidatarios a levantar la voz y denunciar las inconsistencias; además, advirtieron al gobierno que de no haber soluciones se procederá a un enfrentamiento civil contra las constructoras.