Por Investigación Capital
Premios, espectáculos con drones y costosas publicaciones, que se cargarían al erario municipal, se suman al derroche de recursos del presidente municipal de Metepec, Fernando Flores Fernández, en detrimento del presupuesto para obras y servicios públicos en el pueblo alfarero.
En su egocentrismo y con la trasnochada visión de “Metepec soy yo”, Flores Fernández no escucha el hartazgo de la ciudadanía que le reclama a gritos mayor seguridad, agua y mejores vialidades, principalmente.
En contraparte, no escatima en recursos para fastuosos eventos de lucimiento personal, lo que ya le valió para reelegirse -evadiendo los lineamientos de la Ley Electoral- y estar otros tres años al frente de un municipio que autoriza y tolera la venta excesiva de bebidas alcohólicas, con los consecuentes estragos sociales y a la salud que ello representa.
En una investigación de Capital, se conoció que el alcalde metepequense, en voz de proveedores del municipio, a quienes les han retrasado los pagos, ha erogado hasta un millón de pesos a cambio de recibir un solo premio. El alcalde presume haber recibido 23 distintos galardones hasta el momento, incluso en España y Estados Unidos.
A ello, habría que agregar por lo menos el gasto de transporte, hospedaje y alimentos en los viajes que ha realizado, así como eventualmente del equipo que le ha acompañado para promocionar la imagen del alcalde en el Valle de Toluca.
Los mismos proveedores que piden el anonimato, refirieron que, en espectáculos con drones, Metepec ha gastado alrededor del millón de pesos por evento, con todo y un sobreprecio de 300 mil pesos, cuando este tipo de contrataciones no se ha realizado en todo el Estado de México, ni siquiera a nivel estatal, por el alto costo que representa.
Además, en las publicaciones de alta gama, revistas que se ponen de venta al público en expendios a nivel nacional, los precios van desde 250 mil pesos la edición, sólo por la portada y una plana en su interior, hasta un millón de pesos si incluye una campaña antes, durante y posterior a su publicación.
Los proveedores indicaron que, en el proceso de contratación por sus servicios, los representantes del ayuntamiento de Metepec los obligan a mantener la secrecía en los contratos, bajo la amenaza de no cubrir los montos por los servicios prestados y no volver a ser contratados en futuras fechas.
También desconocieron la procedencia de los recursos que les pagan, pues en la mayoría de los casos reciben los montos en efectivo, aunque no descartaron que pueden venir del erario público, con dinero que pagan todos los ciudadanos por concepto de impuestos, derechos y servicios.
Sólo autoridades de nivel superior, como el Órgano Superior de Fiscalización del Estado de México (OSFEM), la Auditoría Superior de Fiscalización, la Unidad de Inteligencia Financiera o las Contralorías estatal y federal, pueden determinar irregularidades en los ejercicios presupuestales de Metepec o, en su caso, enriquecimiento ilícito por parte de Fernando Flores u otro funcionario que puede servir como prestanombres.
Silencia quejas
Mientras tanto, florecen comercios y expendios de bebidas alcohólicas en todo el territorio municipal, con lo que se “normalizan” disturbios, riñas y balaceras por un consumo desmedido, que toleran las autoridades municipales no sólo toleran, sino que también promueven, a través de sus ferias y fiestas tradicionales.
En este círculo vicioso, el ciudadano que es el más perjudicado, padece las inclemencias de un gobierno municipal que “no abre la llave” para dotar de agua suficiente a la ciudad; no actúa frente al creciente delito de la extorsión y no pavimenta todas sus calles.
Peor aún, la voz de reclamo del metepequense es silenciada, toda vez que las redes sociales del alcalde son atiborradas con mensajes de “bots” para extender felicitaciones y minimizar, reducir e incluso borrar los textos de quienes se quejan de un “pésimo gobierno”.