El encarecimiento de fertilizantes, a causa de la guerra entre Rusia y Ucrania, provocó un ascenso en los costos de hasta un 300 por ciento, en comparación con los precios del 2019, afectando al sector agropecuario del Estado de México, informó Javier Reyes Escamilla, representante del sector agropecuario del Consejo Coordinador Empresarial (CCEM) y presidente de la Unión Ganadera Centro Norte.
En conferencia de prensa, encabezada por la presidenta del CCEM, Laura González Hernández, Reyes Escamilla dio a conocer que ante esta crisis se ha pedido a las autoridades del gobierno del estado un subsidio, como solución pronta a esta situación.
Detalló que ya se tuvo un acercamiento con la secretaria del Campo en el Estado de México, Leticia Mejía, en donde la funcionaria externó que se valoran apoyos para el sector, debido a que están conscientes de la necesidad que se tiene.
Ante ello, se puntualizó que las gestiones se realizan ante la Secretaría de Finanzas.
Esta problemática, ha traído consigo un aumento en los precios de la carne de res, aguacate, maíz, y en el último mes el chile, reconoció el presidente de la Unión Ganadera Centro Norte.
“Lo que prospectamos es que si no hay fertilizante para maíz, difícilmente se podrá tener engorda en cuanto al tema ganadero y también complicaciones en las demás actividades económicas”, expresó.
Asimismo, agregó que a causa de los altos costos, los mexiquenses han modificado sus hábitos de consumo, han pasado de comprar por kilogramos a comprar por 50 o 100 pesos, dado que el gasto familiar no les alcanza para adquirir kilos completos.
Por su parte, la presidenta del CCEM enfatizó que es de gran importancia apoyar al sector del campo, debido al gran rezago que presenta.
De acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el sector agropecuario del Estado de México se colocó en el lugar 26 a nivel nacional de 32 entidades.
Se estima que en la entidad hay 1.5 negocios agropecuarios por cada 100 unidades económicas del mismo sector en el país, lo que demuestra el olvido en el que se encuentra el agro mexiquense como actividad económica.