Estadísticas sobre el Sistema Penitenciario Estatal en México, realizado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), señalaron que los delitos del fuero común fueron los más recurrentes por los cuales las mujeres ingresaron a los centros penitenciarios.
En la entidad suman mil 472 casos, según cifras del Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria 2016, realizado por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.
Conforme a la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad 2017, del Inegi , 4.4 por ciento de los delincuentes identificados por sus víctimas, eran mujeres, lo que representa una alza en comparación con 2016, que reportaba sólo 3.3 por ciento.
Ello es congruente con las estadísticas del Sistema Penitenciario estatal, que señalan que la población femenil se incrementó en las últimas décadas, pese a que constituyen una minoría en ese renglón.
En la entidad, el centro penitenciario que más mujeres reclusas alberga, según el reporte de la CNDH, es el Centro Preventivo y de Readaptación Social Santiaguito, ubicado en Almoloya de Juárez, que tiene 359 presas.
Seguido por el Centro Preventivo y de Readaptación Social (Cereso) “Dr. Sergio García Ramírez” en Ecatepec, con 251 y en tercer lugar el de Nezahualcóyotl, Bordo de Xochiaca, con 232 mujeres.
En contraparte, los espacios carcelarios con menos recluidas son el Centro Preventivo y de Readaptación Social “Dr. Alfonso Quiroz Cuarón” en Texcoco, con 80, seguido del Cereso Femenil de Otumba, con 86 y el Cereso de Cuautitlán, que alberga a 93 féminas.
En un punto intermedio se encuentran el Centro Preventivo y de Readaptación Social “Juan Fernández Albarrán” en Tlalnepantla de Baz, con 178 y el Centro Preventivo y de Readaptación Social Chalco con 183.
Conforme al análisis del Inegi, se indicó que la incursión de ellas en la vida pública provocó que se modificara la naturaleza de los crímenes que cometen, ya que antes, la población femenina era acusada por delitos ligados, exclusivamente al ámbito privado.
Durante 2016, señaló el reporte, la principal razón por la cual ingresaron a las cárceles estatales por delitos del fuero común, fueron los ilícitos contra el patrimonio, con 40 por ciento respecto del total de esa población, seguido por los que afectan la seguridad pública y la seguridad del Estado con 16 por ciento y otros bienes jurídicos con 15 por ciento.
Los motivos más frecuentes fueron de mayor a menor: lesiones, homicidio, robo simple, fraude, posesión de narcóticos con fines de comercio o suministro, robo a negocio y violencia familiar.
Respecto del perfil de la población femenina en reclusión, el documento describió que la problemática que presentan no es distinta a la de los hombres, ya que el estudio estadístico arrojo que 36 por ciento de las mujeres recluídas tenían entre 18 y 29 años de edad durante 2016; seguido de quienes su edad oscilaba entre los 30 y 39 años con 32 por ciento.