Decenas de trabajadoras y trabajadores de diferentes áreas del ayuntamiento de Toluca, se unieron a la protesta de elementos policiacos por no recibir el pago de sus quincenas, ni tener acceso a los mínimos requerimientos para realizar actividades como servidores públicos e incluso dan a conocer actos de hostigamiento para obligarlos a renunciar sin pagarles lo estipulado por la Ley.

Con la condición de permanecer en el anonimato -por temor a represalias- accedieron a platicar con CAPITAL ESTADO DE MÉXICO, para comentar que algunos de sus compañeros han tenido que recurrir a atención médica por la presión generada al no recibir su salario -dos quincenas seguidas- y tampoco encontrar dentro de la administración quién les dé una respuesta concreta.

Se ha buscado, dicen, de diferentes formas acercarnos al presidente municipal, Juan Rodolfo Sánchez Gómez, para plantearle la problemática a la que nos enfrentamos, pero sus allegados impiden se le pueda ver o dan citas a reuniones que terminan por no llevarse a cabo.

No es exagerado, dicen, más de una docena de compañeros y compañeras se han visto en la necesidad de recurrir a tratamientos psicológicos por el estrés generado, a raíz de la suspensión de pagos y las versiones -regadas por el grupo cercanos al edil- de recortes en la nómina. 

“Imagínate a días de que inicie el periodo vacacional y un mes y días para la llegada de la siguiente administración, nosotros no sabemos si seguiremos trabajando o seremos despedidos como lo han asegurado varios del grupo cercano a Sánchez Gómez”, dice “Imelda”.

Añade, por lo menos somos tres las y los trabajadores del municipio que hemos perdido -incluso- a nuestra familia, pues dependían de nuestro ingreso y al no tenerlo nos vimos en la necesidad de vender parte del patrimonio o perderlo al recurrir a préstamos.

No es justo, agregan, mientras nosotros tenemos problemas económicos, familiares y de salud, el presidente municipal y sus allegados se la pasan en restaurantes de lujo, haciendo vida social -incluso sin acudir a sus labores- o los “aviadores” cobran puntualmente.

Para finalizar comentan, han pedido, también, reuniones con el tesorero, con la de personal y con los administradores, pero además de no darles la cara, los citan para cancelarles una o dos horas antes de la reunión, eso sí con la consabida amenaza de despido si abandonan sus labores o mínimo el descontarles el día por ausentarse.