Entre enero y febrero se intensificó la puesta en marcha del operativo Mochila por el atentado que ocasionó un estudiante en un plantel particular de Monterrey; sin embargo, en la actualidad ha bajado el ritmo de aplicación del mismo en las escuelas locales, tal y como lo reconoció el líder de la sección 17 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, Gustavo Michua y Michua.
No obstante, lo que no ha bajado es la promoción de los valores y las acciones encaminadas a promover una convivencia sana, pacífica y armónica, con el fin de reducir la violencia en los planteles educativos.
“Lamentablemente, cuando pasó lo de Monterrey, nos ponemos a tapar pozos cuando se ahogó el niño, se deben impulsar acciones que hagan que a corto y mediano plazos podamos ir restituyendo lo que la sociedad ha perdido”.
En ese sentido, el dirigente magisterial insistió en que debe hacerse un llamado a los padres de familia para que analicen cómo están sus hijos, qué viven y lo más importante, qué necesidades tienen, porque a muchos de ellos se les cubren las necesidades materiales, pero están prácticamente abandonados.
En ese tenor, reiteró la frase: “Los maestros no vamos a tapar los agujeros que hay en las casas, necesitan ayudarnos los padres de familia”.
Incluso, refirió el ejercicio que aplicó una maestra que pidió a todos los alumnos que se quedaran en el patio, se quedó con los papás y les pidió que identificaran la mochila de sus hijos y muchos no pudieron hacerlo.
“Se dan cuenta del nivel de abandono en el que están los niños, esto no es una leyenda urbana, existen muchos factores de diversa índole, económica, social, laboral, etcétera, pero no sabemos lo que viven. Si no sabemos de qué color es la mochila, mucho menos podremos saber qué lleva adentro”, enfatizó.
Gustavo Micha comentó que en la actualidad hay alumnos que son más hijos de la televisión, de internet o del celular que nuestros.
Pese a ello, el dirigente del subsistema federalizado –que representa a 27 mil trabajadores de la educación en el Valle de Toluca–, advirtió que “en la escuela no podemos tapar los agujeros que hay en la casa”.
No obstante, indicó que como maestros se hacen esfuerzos importantes por hacer la parte que les corresponde, que consiste en educar en valores a los niños, para no concretarse sólo a impartir conocimientos, sino ayudarles a desarrollar competencias para la vida y para vivir en sociedad.