En el actual contexto de la pandemia por COVID-19, la salud mental cobró especial relevancia, debido a que la población manifestó diversas alteraciones en sus emociones al afrontar un nuevo estilo de vida, padecer esta enfermedad o perder amigos y familiares a consecuencia de la misma.
Para enfrentar este reto, la Secretaría de Salud, a través del Instituto de Salud del Estado de México (ISEM), llevó a cabo la capacitación y actualización al personal de esta área para brindar atención oportuna.
La dependencia estatal destacó que, a través del programa de Salud mental, se desarrolló la Campaña 2021 y, de manera virtual, impartió talleres de capacitación, a fin de fortalecer los conocimientos para la atención con calidad y calidez que requieren las y los mexiquenses en esta materia.
Los participantes coincidieron en que la emergencia sanitaria detonó altos niveles de estrés entre la ciudadanía, lo que en muchas ocasiones derivó en otras alteraciones como ansiedad y depresión, por lo que actualmente es considerado un tema de interés para la salud pública y se establecerán estrategias para atender este escenario.
Señalaron que el aumento de estos trastornos se debe a que hay temor de contraer el virus y la posibilidad de morir al realizar actividades cotidianas, perder el trabajo, disminuir los ingresos, laborar desde casa, cuidar a los hijos, atender la educación a distancia o enviarlos a la escuela, consumo de sustancias adictivas y continuo bombardeo de información alarmista, a lo que se sumó el confinamiento en casa, que generó incertidumbre.
Durante el curso, en el que se contó con el apoyo de una universidad privada, los ponentes enfatizaron en que una alteración mental se puede manifestar con dolor de cabeza y pecho, tensión muscular, fatiga, malestar estomacal, cambio en el deseo sexual y en el ciclo de sueño; mientras que a nivel emocional hay inquietud, falta de motivación, irritabilidad, tristeza, hambre excesiva o falta de apetito, tabaquismo, alcoholismo o drogadicción, aislamiento social e ira.
Ante este panorama, los especialistas enfatizaron la importancia de observar cambios en el estilo de vida, a fin de detectar aquellas conductas que ponen en riesgo el bienestar físico y mental de una persona, lo que puede tener repercusiones en el resto de su núcleo familiar, su ámbito social y laboral.
Por ello, subrayaron la importancia de mantener una alimentación balanceada, dormir bien, hacer ejercicio, cambiar de actitud o perspectiva, hacer cosas que se disfruten, tanto en lo individual como en familia, tratar de evitar situaciones que provoquen estrés y asistir a terapia, implementar técnicas de respiración, relajación y meditación, así como impulsar la comunicación intrafamiliar.
Cabe destacar que durante el curso se abordaron diversos temas, como: salud mental en el embarazo, estrés en pandemia, ansiedad, depresión, duelo: aprende a vivir con lo que no puedes cambiar, importancia de las emociones en los adolescentes, desde la perspectiva del adulto, técnicas y estrategias para afrontar los retos de la pandemia, entre otros.