En México, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de Medio Camino 2016, que reporta 6.4 millones de adultos diagnosticados con diabetes, hay 2.5 millones con insuficiencia renal derivada de malos controles de glucosa en sangre.
La tendencia a nivel mundial dicta que uno de cada cuatro pacientes diagnosticados con diabetes desarrollará algún tipo de insuficiencia renal, lo que aumentará la demanda de este órgano.
El Estado de México registra mayor donación de órganos y tejidos; en 2012 se hicieron 49 trasplantes y en 2016 la cifra ascendió a 101 intervenciones.
De acuerdo con el Centro de Trasplantes del Estado de México (Cetraem), en los últimos cinco años, 420 mexiquenses que sufrían insuficiencia renal recuperaron su calidad de vida al recibir un trasplante de riñón.
De ahí la importancia de la donación que permite dar vida a otras personas.
En el caso del Estado de México, de los 420 riñones trasplantados en lo que va de esta administración estatal, 190 fueron de donación cadavérica y 230 fueron de donantes vivos relacionados con el paciente, es decir, familiares o amistades cercanas.
Relevancia del riñón
Cabe recordar que la principal función de los riñones es limpiar la sangre de toxinas, eliminar agua, secretar hormonas como la eritropeyetina (estimula la formación de glóbulos rojos) y la renina (regula los niveles de sal en el cuerpo), además de colaborar en la actividad de la vitamina D (se encarga de graduar los niveles de calcio y fósforo en la sangre).
El riñón filtra 100 mililitros por minuto y la capacidad para llevarla a cabo disminuye con el paso natural del tiempo, aunque hay más factores que influyen para que así suceda a cualquier edad, como padecer diabetes o hipertensión o heredarlo de los padres.
Si la capacidad del riñón de filtrar sangre es de 15 por ciento o menor debe recurrirse a la diálisis para cubrir esa insuficiencia y el costo mensual por llevarla a cabo va desde los 4 mil a los 12 mil pesos.
Si el grado de proteínas en la orina es de 150 miligramos diarios o menos se considera normal, pero al incrementarse empezarán los problemas, al grado que de llegar a tres gramos al día el riesgo nefrótico es alto.
Ahora bien, si en la orina hay presencia de la proteína llamada albúmina podría revelar daño en las estructuras más delicadas de los riñones y requerir tratamiento médico.
Por lo tanto, de no atenderse a tiempo la enfermedad, la afectación en estos órganos puede ser considerable, al grado que se requerirá trasplante.