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Contaminación del agua, resultado de impunidad

“Es la falta de aplicación de la Ley” la principal causa de la contaminación de las presas, señaló Samantha Namnum, integrante del Observatorio Ciudadano de la Subcuenca Valle de Bravo-Amanalco y ex colaboradora del Centro Mexicano Derecho Ambiental  (CEMDA).

En entrevista para CAPITAL EDOMEX, la especialista en derecho ambiental dio a conocer que la problemática de la contaminación en las presas del Estado de México, principalmente aquellas que conforman el Sistema Cutzamala, se ha venido acrecentando por temas multifactoriales relacionados al uso de ríos y canales, la falta de tratamiento de aguas residuales y la urbanización.

Sin embargo, reconoció que el estado, así como el país, cuenta con muchos ordenamientos que regulan el tema de asentamientos urbanos, cambios de uso de suelo, áreas naturales protegidas, zonificaciones, entre otras, pero no se cumplen.

Samantha Namnum informó que, de acuerdo a un estudio del Banco Mundial y la Comisión Nacional del Agua (Conagua), sólo el 27 por ciento de las aguas residuales que se producen en 14 municipios que pertenecen a la Subcuenca del Sistema Cutzamala reciben alguna depuración de plantas de tratamiento, en tanto que el 73 por ciento no recibe tratamiento.

Esta falta del tratamiento de aguas, explicó, provoca un aumento en nutrientes ya que los principales embalses del Sistema Cutzamala tienen altas concentraciones de nitratos, fosfatos y hierro, motivo por el cual se originan las algas. 

Al incremento de estos nutrientes se agregan otros temas como deforestación, la expansión de la frontera agrícola, el crecimiento de población urbana y rural que no cuenta con los servicios adecuados de alcantarillado, por lo que las aguas negras terminan en las presas.

“Estamos viendo muchas obras que no cuentan con las autorizaciones de Impacto Ambiental, de cambio de uso de suelo, y que deben ser reguladas por las autoridades en los tres órdenes de gobierno en sus competencias, no es una cuestión de tener más ordenamientos o leyes, sino de aplicar los instrumentos y los usos de suelo que ya están reglamentado y hoy vemos que difícilmente se están aplicando”, enfatizó.

Un ejemplo claro de esta problemática, señaló la especialista en Derecho ambiental, es la presa de Valle de Bravo, la cual al estar dentro de un área natural federal protegida cuenta con muchos ordenamientos que regulan su uso, un plan de desarrollo municipal y al menos cuatro ordenamientos ecológicos.

Sin embargo, comentó, ha habido un crecimiento desmedido. De acuerdo a la especialista, en el 2006, el área urbana que se señalaba en el plan urbano de Valle de Bravo era de 2 mil 160 hectáreas, ahora es de 3 mil 392 su superficie urbana, es decir, en 11 años el área urbana aumentó el 57 por ciento.

Cabe destacar que CAPITAL EDOMEX buscó la postura de las autoridades de la Comisión del Agua del Estado de México (CAEM), para saber las acciones que se realizan para mantener limpias las presas, sin embargo, no se tuvo respuesta de la dependencia.

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