Los actos de corrupción, más que resolver un problema, suelen tener impactos negativos en la sociedad y en la economía de las personas, ya que generan sobrecostos bajo una falsa perspectiva, de que es una forma de resolver asuntos más rápido y eficiente, señalan investigadores y académicos en economía.
Sobornar, depravar, pervertir y abusar, son los conceptos que se encuentran ligados al acto o acción de corromper, fenómeno social que se define como corrupción, del cual la sociedad reniega de manera cotidiana, pero gracias a los ciudadanos persiste y se reproduce.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) dio a conocer que en 2017 se incrementaron los actos de corrupción en el Edomex, en comparación con el año 2015, de acuerdo a la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental y por otra parte, el contralor del poder legislativo aseguró que continúan los “moches” en la asignación de obras públicas en municipios.
Neocultura
Abraham Isaac Vergara Contreras, quien es coordinador de las licenciaturas en Finanzas y Contaduría y Gestión empresarial, de la Universidad Iberoamericana, indicó que la corrupción es parte de una neocultura, donde las personas refieren que si no participan en ella, no realizan grandes contratos o no tendrán una buena calidad de vida.
Ante esas acciones, refiere el investigador y académico, las personas se enfrentan ante una disyuntiva de participar o no en actos de corrupción, ya que si no lo hacen, no obtienen lo que necesitan para trabajar o generar y si lo hacen, fomentan algo, de lo que todos se quejan.
Sobre los “moches”, explicó que la repercusión, es que el beneficio que debería ser para el grueso de la sociedad, se va en beneficio de unas cuantas personas y muy probablemente en las campañas electorales.
Para afrontar la corrupción, dice el académico, se debe trabajar desde los niveles básicos de educación y los valores éticos en el hogar y por otra parte, ya no crear más leyes, sino aplicar las existentes, con lo que se podría erradicar muchos de los actos, lo que daría como consecuencia, una disminución significativa.
Es importante, destacó fomentar los valores éticos y alertar, de que no podemos seguir en el camino, perjudicando a los más, porque los menos tengan una ganancia.
“Mientras no apliquemos lo que existe y mientras adultos, jóvenes y niños vean, que la forma de avanzar es perjudicando a alguien, con conocimiento de causa, no vamos a poder mejorar como país”, puntualizó Vergara Contreras.
Dádiva, es pagar doble un trabajo
Eduardo Garduño Campa, académico de la facultades de Economía y Ciencias Políticas y Sociales, de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), dijo que se debe considerar que la ciudadanía es responsable, en parte y en mucho, de permitir que se le exija una dádiva, comisión o pago, por un servicio que es gratuito, con el propósito de agilizar un trámite administrativo.
Esta acción refirió el especialista, afecta severamente en la economía de la sociedad, ya que una persona que tenía destinada una cantidad de dinero para adquirir productos básicos, lo tiene que reconducir al pago indebido, para resolver un trámite administrativo.
Manifestó que existe un problema cultural, ya que las personas señalan que es mejor pagar una dádiva a un funcionario, que ya recibe un sueldo, el cual proviene de los impuestos de los ciudadanos, para resolver un trámite en minutos, que perder un día completo.
Esa acción es como dar un doble pago a un empleado, por un mismo trabajo.
“Los sectores de la sociedad que fomentan de manera frecuente esa práctica, son los de media-alta y alta, que están acostumbrados a resolver todo con dinero y los servidores públicos la han convertido en una práctica común, sin importar la situación económica de las personas, siendo los sectores de bajos ingresos, los más afectados”, dijo.
Sobre el tema de los “moches” a nivel municipal, describió, que se generan a partir de los compromisos entre autoridades y empresarios, ya que éstos últimos, de alguna manera, los ayudaron en sus campañas.
Esa situación, genera un impacto económico negativo en la sociedad, ya que una obra que cuesta 100 mil pesos, se cotiza en el doble.