Lo que el país requiere es una obra aeroportuaria funcional y que ofrezca la oportunidad de impulsar de una forma total los negocios, el turismo y los servicios; eso es precisamente lo que representa la construcción del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México, “por lo que frenar su construcción sería una pérdida de productividad”, consideró María de Lourdes Medina Ortega, presidenta del Consejo de Cámaras y Asociaciones del Estado de México (Concaem).

En entrevista, la lideresa empresarial se pronunció porque en lugar de la consulta, los dictámenes que arrojen la continuidad o freno de la obra, estén basados en la opinión y estudios de expertos, para que las decisiones se tomen con un carácter técnico para verificar la viabilidad y factibilidad, aspectos que marcarán la diferencia entre terminar con este proyecto o detonar una “industria sin chimeneas”, como lo es el turismo.

Detalló que el potencial que representa el aeropuerto es de una gran oportunidad de negocios y generación de empleos, además de continuar con el fortalecimiento del sector turístico, lo cual es parte medular para tener un crecimiento económico y avances en materia tecnológica y de industria 4.0.

“Gracias al turismo se impulsan las empresas más pequeñas; en México logramos entrar al top 10 mundial y es este sector lo que hace la diferencia en crecer en dos cifras, en otros países como Colombia el tener un buen aeropuerto ha sido la diferencia, y ahora se posicionan como el tránsito obligado, México tiene una gran oportunidad, no se debe echar en saco roto”.

Precisó que la obra actualmente está trabajando y sigue operando, los recursos ya están etiquetados, están empresas muy importantes, y por ello el impacto que se puede dar si se frena la obra, sería un retroceso al dar solución a los problemas aeroportuarios del país.

“A la obra ya se le invirtió dinero, no es si nos gusta o no, es imperativo tener un aeropuerto funcional, que dé respuesta a la competitividad que requiere el país”.