Se organizan 282 locatarios y 96 comerciantes de puestos semifijos, para impedir el paso a la maquinaria que derribará lo que queda del mercado municipal de Chalco, el cual se quemó en enero, y afirmaron que defenderán su fuente de trabajo, aún a costa de su propia vida.
El motivo es la desconfianza hacia el proyecto que les ha propuesto el gobierno local para construir un nuevo inmueble, pues éste no les da certeza jurídica de la propiedad de sus locales y temen que sean entregados a comerciantes de puestos semifijos que están afiliados a la organización del presidente municipal, Juan Manuel Carbajal Hernández, denominada Confederación Mexicana Sindical (CMS).
“Tenemos recibos de los pagos de impuestos de nuestros locales, pero cuando tiren el mercado sólo quedará el terreno que es propiedad del gobierno y podrán disponer a su arbitrio de los lugares”, dijeron los afectados que pidieron el anonimato por temor a represalias; y quienes amenazaron con detener a la maquinaria para iniciar la demolición.
En las diferentes reuniones de trabajo propusieron al gobierno un proyecto alterno, que consiste en ordenar las conexiones de gas, agua y energía eléctrica, así como cambiar la techumbre por un arcotecho, pero no desde la base sino sólo las áreas afectadas. Agregaron que, por la tardanza para llegar a un acuerdo con las autoridades, sus ventas bajaron hasta en 70 por ciento.
“El mismo gobierno nos informó que hay recursos económicos, más de 25 millones de pesos que fueron entregados por el gobierno del estado y otra parte autorizada por el cabildo para trabajos y poner en marcha el mercado lo más pronto posible, pero no hay avances en las pláticas”, acusaron.
Detallaron que una empresa les cobra más de tres millones de pesos para cambiar la techumbre, pero el gobierno insiste en derribar el mercado porque también alegan que el piso está contaminado.
Mientras tanto, los locatarios se instalaron provisionalmente en calles aledañas como la Vicente Guerrero, Arquitecto Mendiola, Riva Palacio, sin embargo, si es demolido el inmueble, serían reubicados a varias vialidades alejadas de la cabecera municipal durante más de dos años que tardaría la edificación.
Por otro lado, los afectados denunciaron que el pasado jueves 25 de mayo, como a las tres de la mañana, policías municipales entraron por la fuerza a las ruinas del mercado para “tomar las instalaciones, lo que provocó mayor inconformidad de los comerciantes que se niegan a entregar lo que queda para reconstruirlo y sólo piden sea reparado lo más pronto posible”.