Ante la quema de centenares de llantas registrada en las semanas recientes, vecinos de Otumba exigieron la intervención de la Procuraduría Federal de Protección del Medio Ambiente (Profepa).
Señalaron que se ha incrementado de manera sustancial la quema clandestina de llantas.
Esto, aseguraron, por parte de recolectores de desperdicios industriales, que incendian las llantas durante las noches y madrugadas para pasar desapercibidos por las autoridades correspondientes.
Vecinos de las comunidades de La Nopalera y la Tlalmimilolpan en Otumba, denunciaron que la mañana del miércoles, una vez más realizaron la quema de un montículo compuesto por centenares de neumáticos de caucho para sustraer el metal.
Apuntaron que desde hace años, por lo menos una vez por semana realizan este tipo de quema, que provoca severa contaminación ambiental, y que se ha incrementado en fechas recientes.
La quema, agregaron, genera una gran y espesa nube de humo negra, misma que puede ser visible desde varios kilómetros a la redonda.
Habitantes de varias comunidades cercanas, señalaron que les ocasiona irritabilidad en ojos y garganta por la contaminación que sin duda atribuyeron a la combustión del caucho que deja en el aire compuestos que son nocivos para los seres vivos.
Los afectados indicaron que han denunciado el hecho ante la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y que la respuesta del personal de la dependencia federal fue que debido a que la quema se realiza en horarios inhábiles no es posible realizar una investigación.De igual manera lo hicieron ante las autoridades locales sin obtener respuesta.
Según cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), en su corte al 20 de noviembre del 2022 indican que en el Estado de México, por el delito contra el medio ambiente se han presentado un total de 293 denuncias, con 36 casos, junio es el mes donde se han registrado más denuncias.
Las quemas se registran principalmente en los municipios de San Martín de las Pirámides, Axapusco y Otumba.