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Depresión cobra vidas de jóvenes

La salud mental de los mexiquenses se ha convertido en un serio problema, 10 de cada 100 suicidios en el país ocurren en el Estado de México y, desafortunadamente, faltan especialistas en la materia. El último año, se registraron 666 suicidios, informó el doctor Víctor Torres Meza, director del Centro Estatal de Vigilancia Epidemiológica y Control de Enfermedades del Estado de México (Cevece).
“Tenemos un grave problema que se está incrementando: la salud mental de los mexicanos; el gran inconveniente que se observa cuando llegan al suicidio, es que no hay profesionales para prevenirlo. De 230 suicidios que teníamos en promedio, ahora ocurren más de 500, el último año registramos 666”, enfatizó.
El problema no radica sólo en el aumento en el número de casos, sino que cada vez gente más joven se quita la vida, incluyendo adolescentes y niños. Antes se suicidaban los adultos mayores que tenían problemas de cáncer, diabetes o alguna enfermedad crónico-degenerativa, personas de más de 58 años; ahora la edad promedio es de 28 años.
“Se está suicidando gente más joven, generalmente con antecedente de trastorno depresivo, con problemas de violencia, con problemas de entornos familiares complicados que se llevan al camino fácil del suicidio”, dijo.
Subrayó que los psiquiatras señalan “que 10 por ciento de la población vive con depresión y la nueva problemática que se denomina la tercera ola va a venir con todos los problemas de salud mental asociados a la población”.
La primera ola eran las enfermedades infecciosas (diarreas, paludismo, las respiratorias o aquellas prevenibles por vacunación), mismas que se han disminuido con el uso de la penicilina y antibióticos.
La segunda ola son las enfermedades crónico-degenerativas como la obesidad, el sobrepeso, la hipertensión y el cáncer.
El mayor desafío que tiene el sector salud está en la tercera ola relacionada con las enfermedades mentales, que junto con la demencia senil y el Alzheimer afectará a las personas adultas mayores; sin embargo, los jóvenes tienen serios problemas de depresión, trastorno bipolar, tienen dificultades con los trastornos alimenticios, inclusive, se ha disparado el consumo de drogas.
Por ello, el director del Cevece consideró conveniente que en los servicios de salud, el médico general debe identificar al paciente que está triste, que necesita el apoyo profesional y que después de ello se identifiquen signos en los que la persona pretenda suicidarse.
En ese aspecto, el especialista dijo que la familia juega un papel fundamental; por ejemplo, si se observa a un joven que se encierra en la habitación de la casa, descuida su vestimenta, no se baña y comienza a hacer preguntas como “¿qué pasaría en la casa si ya no estoy?”, se debe tener cuidado debido a que son mecanismos de ideación suicida y representa un foco de alerta que los padres de familia deben atender.

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